martes, 17 de noviembre de 2020

La Economía Circular

 

El modelo de producción en que vivimos se basa en disponer de grandes cantidades de energía y otros recursos baratos y de fácil acceso. Este modelo lineal de “tomar materias primas y energia, producir un bien, consumirlo y desecharlo” está llegando ya al límite de su capacidad física. Frente a él la economía circular es una alternativa atractiva y viable que ya han empezado a explorar distintas empresas.

La economía circular es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos (desechos). Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal- basada en el principio de cerrar el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía; es decir, que se deseche lo menos posible de todos y cada uno de ellos.

Aspectos de la economía circular

La economía circular es la intersección de los aspectos ambientales y económicos en la producción de bienes y servicios.

El sistema lineal en que se basa nuestra economía -extracción de materias primas, fabricación de productos, consumo de esos productos y su eliminación- ha alcanzado sus límites. Se empieza a vislumbrar, en efecto, el agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. Por lo tanto, la economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza las existencias y el uso de materias primas, minimizando tanto el uso de energía como de la creación de residuos que no puedan volver a ser utilizados como nueva materia prima, logrando de ese modo la mayor eficiencia del uso de todos estos recursos.

La economía circular es generadora de empleo local y no deslocalizable. El sector de la gestión de los residuos representa en España miles de puestos de trabajo.

En un contexto de escasez y variación de los costes de las materias primas, la economía circular contribuye a la seguridad del suministro y a la reindustrialización del territorio en que se aplica. Los residuos de unos procesos de producción se convierten en recursos (materia prima) para otros procesos. El producto debe ser diseñado para poder ser reutilizado en todo o en parte. La economía circular consigue convertir nuestros residuos en materias primas, fundamento de un sistema sostenible de futuro.

Funcionamiento de la economía circular

La economía circular descansa en varios principios:

§  Diseño ecológico: considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su diseño y concepción.

§  Localización industrial ecológica: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de las entradas y salidas de materiales, energía y servicios en ese territorio. El territorio puede referirse desde un polígono industrial o un barrio de un municipio a una comunidad autónoma o un país, incluso la Unión Europea o, idealmente, el mundo.

§  La economía de la “funcionalidad”: evitar en lo posible que los bienes producidos no se utilicen, facilitando lo más posible la propiedad compartida y priorizando el alquiler sobre la propiedad.

§  El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no se corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores: la venta o alquiler de bienes que ya no se utilizan.

§  La reutilización: reutilizar ciertos residuos o ciertas partes de un bien en desuso que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.

§  La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.

§  El reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentran en los residuos.

§  La valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.

La economía circular se dirige tanto a las administraciones públicas encargadas del desarrollo sostenible del territorio, como a las empresas que buscan resultados económicos, sociales y ambientales, así como a la sociedad que debe preguntarse acerca de sus verdaderas necesidades reales.

El desarrollo de la economía circular debería ayudar a disminuir el uso de los recursos, a reducir la producción de residuos y a limitar el consumo de energía. Debe influir también en la reorientación productiva de los países, ya que, además de los beneficios ambientales, la economía circular es creadora de riqueza y empleo (incluyendo los del ámbito de la economía social) en todo el conjunto de un territorio, y su desarrollo debe permitir obtener una ventaja competitiva dentro del contexto de una economía globalizada en que nos movemos.

La Unión Europea y la economía circular

En 2014, el entonces Comisario Europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, señaló que:

“Es necesario transformar Europa en una economía eficiente en los recursos, aunque solo la eficiencia no es suficiente. También hay que asegurarse de que una vez que hemos utilizado nuestros productos, nuestros alimentos y nuestros inmuebles, seleccionamos los materiales de estos y los usamos una y otra vez. Cada año, en Europa, se utilizan un promedio de 16 toneladas de materiales por persona para mover nuestra economía. Y además, alrededor de 6 toneladas por persona se convierten en residuos. Por otra parte, casi la mitad de los residuos generados terminan en vertederos.

La parte integral del enfoque de la UE para la eficiencia de los recursos debe desmarcarse de la economía lineal -donde se extraen los materiales de la tierra para fabricar los productos, usarlos y luego eliminarlos-, hacia una economía circular –donde los residuos y los subproductos, del final de vida de los productos usados, entran de nuevo en el ciclo de producción como nuevas materias primas. En definitiva, el uso de residuos como la principal fuente de materia prima fiable es esencial para la Unión Europea.

Existe una fuerte motivación económica y empresarial a favor de la economía circular y la eficiencia de los recursos. De hecho, la Comisión Europea, como órgano colegiado, ha adoptado la eficiencia de los recursos como un pilar central de su estrategia económica estructural Europa 2020”.

 



Donostia, noviembre de 2020

Carlos Ortigosa