jueves, 28 de octubre de 2021

Urnieta. Ermita de Santa Cruz de Azkorte

 URNIETA – ERMITA SANTA CRUZ DE AZKORTE

La antigua ermita de la Santa Cruz de Azkorte de Urnieta se encontraba a unos 100 metros del emplazamiento de la actual, en la ladera del Buruntza, encima de la cantera causante de su derrumbe. Aparece señalada como punto estratégico en los mapas de la primera guerra carlista, probablemente por la visibilidad que se alcanza desde el lugar al estar situada en la línea que separaba a ambos bandos enemigos y que desde Lasarte pasaba al barrio Goiburu de Urnieta.

La primera fecha documental la señala Murugarren en 1625. Sin embargo, investigaciones realizadas en el Archivo Municipal de Hernani aparece una mención documental de 1623 a la serora de «Santa Cruz de Urnieta» mientras que, en el testamento de Juanes de Ynbutodi, alias «Urdiñ» de 1548, se deja un real para esta ermita.Lope de Isastiañade que ya entonces era una «hermita devota para tercianas y cuartanas y además, en el informe presentado en 1756 a la Junta particular deTolosa, se la llama y sitúa como «Santísimo Christo en la montaña de Azcorte (una de las cotas del Buruntza). Se le asiste voluntariamente por los fieles con partes de trigo y maíz. Tiene varios censos. La campana de su ermita hace ahuyentar toda tempestad. Se hacen a ella cinco procesiones, concurriendo el pueblo, con Misa que la dice uno del Cavildo eclesiástico por obligación. Se vuelve en procesión al pueblo y en este ir y venir se tardan dos horas y media cuando más. Se celebran muchas misas».

 

 

Teresa Amuategui señala que en la casita adosada a la antigua ermita que después se transformó en sacristía, vivió en tiempos lejanos una serora o freira existiendo una fuente, no muy lejos de ella, que hoy día se la conoce como “Zeroraniturriya”(fuente de la serora). Pertenecía a la ermita un “golde” de terreno, es decir 3.335 metros cuadrados del que se beneficiaban para su sustento tanto la serora como su familia. El ocho de setiembre de 1837, sufrió los horrores del incendio y destrucción a manos de los soldados mandados por el general O’Donnell. Según cuentan los antepasados, la imagen del Cristo se salvó de este incendio porque al ver los soldados con asombro que las llamas respetaban la imagen, sobrecogidos de estupor, la sacaron del sagrado recinto y la abandonaron en el campo hasta que piadosas personas de la localidad se adueñaron de ella y la condujeron con gran reverencia al caserío Aldamuño del término municipal”. Otra versión dice que los soldados cristianos prendieron fuego a la ermita, pero ésta no ardía como era su deseo; volvieron a intentarlo una y otra vez, pero sin lograr su propósito. Alguien de entre ellos, señaló que, quizás la causa fuera el Santo Cristo que presidía el altar. Entonces, cogiendo la imagen por los pies, la arrojaron violentamente fuera de la ermita, volviendo a prender fuego en su interior. Entonces fue cuando efectivamente, ardió. A los urnietarras, el caserío Aldamuño no les parecía lugar suficientemente seguro para guardar la imagen dadas las constantes escaramuzas entre ambos ejércitos. La llevaron a la casa llamada “Auntzaenea” de Andoain donde estuvo depositada hasta que la también incendiada ermita de Santa Leocadia fue reconstruida, trasladándose la imagen a ella.

Varias veces los vecinos del valle de Ergoyen intentaron reconstruirla pero no lo consiguieron hasta 1911. Las paredes desnudas de la ermita resistieron impasibles embates climatológicos durante 74 años. Su aguabenditera servía de recipiente para el agua en el gallinero del caserío Azkonebieta. Unos urnietarras fervorosos, restableciendo una antigua tradición iniciaron de nuevo el rezo del Vía-Crucis al amanecer del Viernes Santo y el día 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz. Subían la cuesta de Azkorte, rezando en alta voz, hasta alcanzar las ruinas de la ermita y, dentro de ella, hacían el ofrecimiento ante una pequeña cruz de hierro colocada sobre una piedra.

El Ayuntamiento autorizó a los vecinos para que cubrieran la ermita hasta que se consiguiera restaurarla. En 1910 se constituye una comisión de vecinos y su primer acuerdo fue abrir una suscripción popular. La iniciativa fue muy bien acogida por el pueblo y por fin, se recibió del Obispado de Vitoria, fechado el 3 de marzo de 1911 “Vista la instancia que nos ha dirigido el pueblo de Urnieta, en súplica de permiso para restaurar a sus expensas la ermita de la Santa Cruz de Azkorte de aquella feligresía, cuyo edificio quedó arruinado en 1837; oído el parecer del arcipreste de San Sebastián sobre dicho asunto y estimando de conveniencia y utilidad la reedificación de dicho Santuario, venimos en acceder lo solicitado por el Ayuntamiento de la dicha localidad, y en su consecuencia damos nuestra licencia para que pueda reedificarse y abrirse al culto, previa la visita y reconocimiento del expresado señor Archipreste, a quien desde ahora facultamos para su revisión y al señor cura de la parroquia en caso de serle imposible al primero, reconociendo al Ayuntamiento el patronato sobre el edificio de referencia con los deberes y facultades correspondientes y al párroco que es o fuese de la parroquia, aquella que por derecho le nombran…”.

Las obras comenzaron en mayo de dicho año contribuyendo algunos vecinos con dinero en metálico, materiales de construcción, prestación personal y hubo quienes regalaron ornamentos sagrados y objetos adecuados para el culto. Un burro ciego del caserío Irurain, propiedad de don Eulogio Achúcarro transportó el material de obra. Concluida ésta, se hizo el traslado de la imagen del Cristo depositado en Santa Leocadia, un viernes 17 de abril de 1912, festividad de la Dolorosa con un solemne Vía Crucis. La bendición de la ermita la efectuó el párroco de Urnieta don José Gabriel Arrúe, pero la inauguración oficial fue el día 3 de mayo. Desde esa fecha, muchos días, un P. Oblato subía a la ermita a celebrar misa pero la gran fiesta de Azkorte siguió siendo el 3 de mayo celebrándose varias misas, misa mayor a las diez horas presidida por las autoridades municipales. Al finalizar ésta, los caseros se reunían en la sacristía y mientras tomaban su “amaiketako”, organizaban con un año de antelación las próximas fiestas aportando cada uno el dinero correspondiente a la parte proporcional de los gastos que oscilaba entre 10 y 12 pesetas. Manuela Olazaguirre del caserío Elorriaga era la encargada de subir al sacerdote celebrante una taza de chocolate. Así mismo, todos los días muy temprano, subía a la ermita para alimentar con aceite la lamparilla que ardía a los pies del Cristo. El día de Santa Cruz, el alcalde y concejales comían en el caserío Elorriya y todos los años el menú era el mismo: sopa de caldo de gallina, garbanzos, habas tiernas con repollo, pollo asado, arroz con leche y mamia. Después en la campa de Elorriya actuaban bersolaris y tambolireros disparándose cohetes sin cesar.Se nombra mayordomo de la ermita a don Miguel Yurramendi de la casa Oyanume, con la obligación de rendir cuentas anuales. Se reconstruye en 1913 el Vía Crucis que va desde el caserío Elorriya hasta la ermita. El párroco Señor Arrue bendijo las cruces. En diciembre de 1917, los ladrones entran en la ermita y se llevan dos casullas, un alba, un misal, una lámpara y algunas otras cosas más, valorándose lo robado en 330 pesetas. Pero poco a poco la lluvia y tormentas causan desperfectos en su tejado requiriendo a tal fin, suscripciones públicas en las tabernas tanto del pueblo como de los barrios de Oria y Lasarte

A consecuencia de unos corrimientos de tierra la antigua ermita comienza a desmoronarse en 1970 al faltarle tierra en su sustentación. Enseguida se pensó en buscar un terreno adecuado para reconstruirla esperando que muy pronto una nueva ermita sirviera de cobijo al Cristo de Azkorterefugiado en la ermita de Santa Leocadia. El Cristo es objeto de una concienzuda restauración para disimular las sucesivas capas de pintura, desperfectos causados por incendios y traslados que ocultaban la primitiva autenticidad de la antigua imagen.

Se reconstruye y el 8 de abril de 1922 se bendice con toda solemnidad inaugurándose oficialmente el 3 de mayo..En 1917 entran ladrones y se llevan 350 ptas, dos casullas, un alba, un misal, una lámpara y algunas menudencias más, lo que produce gran pesar e indignación en la zona. Si bien anteriormente se produjeron algunos corrimientos de tierras, es en 1970 cuando un fallo en el sistema de explosiones controladas de la cantera que había a sus pies provoca el derrumbe de gran parte del templo, tirándose lo que quedada en 1972.

Antxon Aguirre Sorondorecoge que conforme al inventario de 1630, los bienes eran los siguientes: un cáliz y una patena de plata, un misal, un misal viejo de pergamino antiguo, una casulla con estola y manípulo de “damasco Leonado en partes bordada”, cinco albas de lienzo de la tierra con amitos de lo mismo y cíngulas raídas, tres sábanas nuevas de lienzo de la tierra, otra con una faja en medio de seda colorada. 11 sábanas de lienzo de la tierra, tres manteles para altares uno con lienzo de Francia y dos de la tierra, tres pares de tocas de lienzo de la tierra ‘Sin meter en agua” (sin estrenar), tres tocas de seda muy viejas, dos paños de manos de altar, tres pares de corporales con un lienzo para cubrirlos, cuatro candeleros de latón dorado, una lámpara de estaño, un recipiente pequeño de obre para tener el agua benditay una red vieja de hilo para ponerla delante del altar.

 

 

Nueva ermita

Situada en las laderas del Buruntza, encima del caserío Elorriaga en el barrio de Ergoyen, en una zona muy rica en pastos con abundancia de rebaños de ovejas, caballos, vacas de monte (larrabeyak), etc. La ermita se construyó con las mismas medidas y distribución que la anterior modificándose únicamente la espadaña que ahora se encuentra sobre el ábside.

Se inaugura el 3 de mayo de 1973, con solemne procesión portando desde la parroquia el restaurado Cristo del siglo XIII, originario del primer templo y cuya veneración arranca desde ese siglo. Con motivo de su fiesta, en 1994 se colocó, tras una importante restauración, la imagen de la Virgen Dolorosa procedente de la parroquia.

Tanto Ignacio Barrriola como Lope Martínez de Isasti en 1625, apuntan que a esta ermita venían los fieles a curarse de las “tercianas y cuartanas”.

 

 

Las fiestas continúan celebrándose el 3 de mayo con misa solemne y romería popular. Se bendicen los ramos de espino blanco (elorri-zuri) repitiendo el consejo “Santa Kurutze-egunean, elorriabedeinkatzen da eta elorrieorrerazKurutzeakegitendituztesororako eta atetarako" (el día de Santa Cruz se bendice un espino y con sus ramos se hacen cruces para protección de heredades y portales). Tras la misa se da a besar a los asistentes el Lignum Crucis. El domingo posterior, son los vecinos de Lasarte-Oria quienes repiten el mismo rito con romería posterior junto al caserío Elorriya.

 BIBLIOGRAFIA

 AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo

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MARTINEZ DE ISASTI, LOPE

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 “Fiestas tradicionales y romerías de Gipuzkoa”, pag 325 Ed. Txertoa 1973 San Sebastián

“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 260 Ed. Txertoa 1975 San Sebastián

“Rincones de Guipuzcoa”. Pag 45. Ed. Txertoa 1977. San Sebastián