domingo, 31 de enero de 2021

NÓMADAS.

 

Bruce Chatwin es uno de los escritores más enigmáticos del siglo XX. Libros ya clásicos como En la Patagonia o Los trazos de la canción escapan a toda clasificación, y se revelan como textos fantásticos donde Chatwin se mimetizó con los entornos visitados al grado de crear una realidad particular para los mismos. Como revela Nicholas Shakespeare en la introducción a estas Cartas, Chatwin era un personaje de sí mismo, y el álter ego que aparece en sus obras es muy distinto del Chatwin que muestra su correspondencia, publicada luego de un meticuloso trabajo editorial de veinte años llevado a cabo entre Shakespeare y la viuda del escritor, Elizabeth Chatwin. Como si supiera desde siempre que su vida se vería interrumpida de manera abrupta, Chatwin escribió cartas con una compulsión y honestidad sobrecogedoras. Su correspondencia con su mujer, al igual que con personajes como Susan Sontag, Roberto Calasso, Paul Theroux, Patrick Leigh Fermor y varios más revela una mente infatigable, maquinando a perpetuidad su siguiente movimiento, haciendo malabares de compra-venta de piezas de arte antiguo para pagar un nuevo viaje excéntrico, «sudando tinta» para producir el próximo libro genial. Las cartas escritas desde lugares tan disímiles como Inglaterra, Argentina, Grecia, Afganistán, Suecia, Turquía o Suráfrica revelan a un contador de historias en estado puro, apasionado de la vida (un mes antes de morir se lamentaba: «Aún hay tantas cosas que quiero hacer»), inseguro sobre cosas íntimas como su sexualidad. Después de todo, como dijo su amigo Salman Rushdie: «Bruce apenas había empezado. Tan sólo vimos el primer acto».

FILOSOFÍA EN LAS CANCIONES.

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martes, 26 de enero de 2021

Ermita de Ntra. Sra. de Gracia. Hondarribia

Esta ermita, popularmente conocida como “Santengrazia”, “Amagraziako-ermitia”, o también “Graziako-Ama”, se encuentra en la salida hacia el barrio de Amute junto al riachuelo, sobre la antigua carretera a Irún.Varias han sido las denominaciones que ha tenido. Luis de Uranzu cita que “en el plano que ilustra la obra “Sitio y socorro de Fuenterrabia de 1638” de don Juan de Palafox y Mendoza, el lugar aparece con el nombre de Nuestra Señora de Gracia. También señala que en otros diversos documentos antiguos aparece igualmente citada bajo el nombre de Santa Engracia”.

 

Se trata de un edificio orientado al O. Posee un atrio delantero sobre cuatro columnas dóricas de arenisca. Sus medidas totales son de 9,8m de largo y 8 m de ancho, con tejado a dos aguas con guardamalletas. Puerta flanqueada por sendas ventanas, todas en arco de medio punto. Las ventanas cerradas con celosía de madera. Sobre la puerta de entrada un ojo de buey con campanita interior y debajo la inscripción “AMA GRAZIAKO/NTA SRA DE GRACIA”. Su interior bien enlucido, presenta en el centro un retablo modernista con la Virgen entre cuatro pilastras y volutas superiores. A la derecha, un marco a modo de retablito con la talla de San Antonio de Padua y a la izquierda, otro igual con San José. En el muro derecho una peana con el bulto de San Isidro Labrador. Una kutxa tallada cumple funciones de altar. Bancos de madera y suelo de baldosas. En el siglo XVII cerca de la ermita funcionaba un molino de marea.

 Presidía el nicho del pequeño altar una pintura del siglo XVII a la que sucede una imagen de un metro de altura aproximadamente. Pedro Anasagastinos la describe No lleva Niño, y bien se le podía encasillar en la Virgen al momento de recibir la embajada de Dios que la señala por Madre de Dios, en el misterio de la Anunciación y simultáneamente de la Encarnación del Hijo de Dios. Es la hora en que se manifiesta a Maria que, por haber sido elegida Madre de Dios y por hacer recibido su refrendo a los planes divinos, Ella fue concebida en plenitud de Gracia divina, con la más envidiable de las riquezas que pueda poseer persona alguna. El artista ha plasmado acertadamente la grandeza del momento. Su túnica es enteramente blanca. Azul celeste su manto, rematado en unos bordillos con dibujos dorados. Lleva corona. Porta una rosa en la mano, muy roja, quizás simbolizando en la reina de las flores el valor de su Gracia oculta. El embozo del manto es blanco, y ciñe su cintura con un lazo delgado de oro. La mano izquierda recoge elegantemente un manto holgadísimo como holgadísima fue la generosidad divina con María. Su rostro es de joven doncella, en actitud contemplativa como si, recién desaparecido el Arcángel, se sintiera poseída por la trascendencia de la revelación recibida.

Murugarren cita como primera fecha la de 1566. Sea lo que sea, Florentino Portuseñala que en sus comienzos se trataba de un humilladero, pero en 1642 cuando se colocó el Santo Cristo de la Paz costeado por el vecindario, se decidió transformarlo en ermita.Y así continuó su existencia hasta que el 23 de julio de 1769, el Ayuntamiento da traslado del acuerdo de las Juntas Generales del cinco de julio reunidas en Tolosa por el que “Se acordó suprimir las Hermittas de este Distritto y se acordó dar Comision en forma a dichos Sres Alcaldes para que en nombre de la Ciudad dispongan las representaciones correspondientes”

 

 

El Ayuntamiento, el 30 de agosto de 1769 contesta

“AYUNTAMIENTO 30 de agosto de 1769 “Muy N y M L Provincia de Guipuzcoa. La Ciudad de Fuenterrabia en cumplimiento de la carta orden de V.S. fecha en su Junta general de la Villa de Tolosa 5 del mes de julio último (1769) sobre exttincion de Hermittas de su Distritto informa a V.S. lo siguiente “Que en esta ciudad ttiene las Basilicas de Nuestra Señora de Guadalupe en la montaña de Jaizquivel, y la de la Magdalena en su rivera y Marina servidas por seroras; las Hermittas de San Barttholome en la misma Rivera; la de Santa en Gracia en el camino de Capuchino: la de San Fhelipe y Santtiago, la de San Thelmo y la de Santa Barbara. En consecuencia, tiene por conveniente suprimir todas las Hermittasexeptto dichas dos Basilicas de Guadalupe y la Magdalena por que no tienen fondos para su conservacion y porque quando necesitan repararlas se grava con gastos la ciudad en los propios”

….

Y ulttimamente no encuentra la Ciudad para el desttino de las que se han de extinguir por ahora otro, que dejarla con alguna Cruz o imagen para memoria y devoción de los fieles y seremonias que se esttilan en tiempo de rogaciones o Lettanias mayores, aplicando una misa sola que ttiene por fundacion la de Santiago a una de las dos Basilicas 

Es decir, que a partir de ese momento y para mantener en pie una ermita debía tener sus propios fondos o ser mantenida dignamente por los vecinos de la villa. Es frecuente citarla en testamentos de los vecinos de la villa quienes dejaban ropa blanca para el culto o algunos reales. La tradición oral señala que las tropas napoleónicas la usaron como cuadra.

Hasta la década de los cincuenta, se acudía desde la parroquia en rogativas por sequía, inundaciones o cualquier otra necesidad celebrándose dos misas: el 15 de mayo por San Isidro Labradory el 8 de agosto, festividad de Nuestra Señora de la Gracia. Después, hasta 1946 aproximadamente, se celebraban concurridas romerías.

Era costumbre en Ondarribi que para curar la enfermedad de la boca de los lactantes o afta (ao-leorra) se rezaba y depositaba una limosna en la iglesia de la Marina y después había que dirigirse a esta ermita, terminando el recorrido en la de Saindua. Era bueno dar al bebé, agua del manantial de Nuestra Señora de Gracia.

Se tocan las campanas a difunto (hil-kanpaia) cuando moría un vecino: dos campanadas, pausa y tres finales (todas lentas) si el difunto es varón, y dos-pausa-dos campanadas si era mujer, rezándose el mismo día un rosario en su memoria.

 

BIBLIOGRAFIA

AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo

“Ermitas de Guipuzcoa”. Pag 231 Fundación Jose Miguel Barandiarán. Ataun 2000

ANASAGASTI URRUTIA Pedro de

“Andra Mari en Guipuzcoa. Nuestra Señora de la Gracia Fuenterrabia” nº100 Revista Aranzazu 1973. Oñate.

GOROSABEL, Pablo

“Diccionario Histórico-Geográfico-Descriptivo de los Pueblos, Valles, Partidos Alcaldías y Uniones. Año 1862” pp. 169. Edición La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1972.

IRIGOYEN Domingo de

“Ermitas e Iglesias de Guipuzcoa”. Anuario de Eusko Folklore Tomo XIV pag. 53. Vitoria 1934

PEÑA SANTIAGO LUIS

“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 126 Ed. Txertoa 1975 San Sebastián

PORTU IRIBARREN Florentino

“Extinción de ermitas”. BidasoanAbendua 1983. Irún

“Hondarribia. Noticias históricas y curiosidades hasta 1969”. Pag 710. Primera edición. Ayuntamiento de Hondarribia. Hondarribi 1989.

URANZU Luis de

“Lo que el río vio (La región del Bidasoa)”. Cosas Memorables o Historia General de Guipuzcoa. Vol VIII. PAG 156.  Editorial La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1975