domingo, 26 de enero de 2020

Sólo se puede tener fe en la duda.

Jorge Wagensberg y sus aforismos.
Aforismo (del griego ἀφορίζειν, ‘definir’) es una declaración u oración que pretende expresar un principio de manera concisa, coherente y en apariencia definitiva.1
Algunas obras de autores de la grecia clásica, como Heráclito de ÉfesoEsquiloPíndaroHipócrates o Demócrito contienen pensamientos o máximas aforísticas, para apoyar sus opiniones, teorías, demostraciones y tratados filosóficos, médicos, científicos, etc.2

He aquí algunos ejemplos de aforismos de Jorge Wagensberg.

Revolución
Cambiar de respuesta es evolución, cambiar de pregunta es revolución.

Muerte
La muerte es la más sorprendente de todas las noticias previsibles.
Uno se acaba de morir del todo cuando se muere el último que le ha conocido vivo.
Lamento no estar en condiciones de leer este epitafio.

Preguntas
A más cómo, menos por qué

Duda
Sólo se puede tener fe en la duda.

Ciencia
En más de tres siglos de ciencia todo ha cambiado excepto tal vez una cosa: el amor por lo simple.
En ciencia no basta con tener una idea buena, también hay que darse cuenta de que lo es y convencer de ello a los demás.

Perfección
La perfección existe porque es imaginable, pero no es perfecta porque es inalcanzable.

Museo
La trascendencia de un museo no se mide por el número de visitantes, sino por la conversación que genera

Cultura
Cultura es conocimiento transmitido por vía no genética.

Democracia
La democracia nació la primera vez que alguien planteó convertir dos opiniones diferentes en una sola decisión.

Libertad
El insulto busca la ofensa y apunta a las personas; la libertad de expresión apunta a las ideas y busca la crítica.

Naturaleza
Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?

Verdad
"Las mentiras se construyen, las verdades se descubren".

Tiempo
Predecir el pasado es la habilidad más frecuente de los que siempre tienen razón.
El pasado se nutre espontáneamente de futuro, pero para nutrir el futuro con el pasado hay que invertir toneladas. de inteligencia.
El saber no ocupa lugar, pero lo que es tiempo...
Adivinar el futuro es el segundo oficio más antiguo de la historia.
El tiempo pasa, siempre acaba pasando, es sólo una cuestión de tiempo.
Hay infinitas maneras de no estar en equilibrio, pero sólo una de estarlo.
Qué fácil es ver un árbol caído y qué difícil verlo caer.

Inteligencia
La inteligencia es la capacidad para anteponer el problema a su solución.
Lo improbable asombra a todo el mundo, lo cotidiano sólo al genio.

Matemáticas
La matemática es un lenguaje pero no solo eso. También es herramienta y método, aunque eso tampoco es todo.

Nostalgia
La nostalgia es placer de tristeza.

Ser vivo
Una cebra no necesita correr más que una leona, sino más que las otras cebras.
El individuo es un todo más bien independiente de partes más bien interdependientes.

Progreso
Progresar es ganar independencia respecto de la incertidumbre.

Belleza
El artista no tiene por qué buscar la belleza, pero se felicita cuando la encuentra.

Colaboración
La simbiosis es un buen negocio; el parasitismo mata.






domingo, 19 de enero de 2020

Un superministro sin ministerio

Un superministro sin ministerio.










https://www.expansion.com/blogs/redondo/
the war room
 The war room, el blog que Iván Redondo.

viernes, 17 de enero de 2020

Claves del Mundo Actual. Bibliografía

La Profesora Coro Rubio nos ha hecho llegar una amplia bibliografía sobre los temas tratados este curso. Nos ha parecido especialmente interesante ya que nos ofrece la posibilidad de verlos desde perspectivas diferentes:

LA INDIA DE GANDHI
EL CONFLICTO ARABE-ISRAELI
JOHN F. KENNEDY

Seguro que si nos atrevemos con alguno de ellos,  disfrutaremos y nos ayudará a comprender mejor los temas que nos ha impartido.

CURSOS ACEX 2019-2020. CLAVES DEL MUNDO ACTUAL

BIBLIOGRAFÍA:

Tema: La India de Gandhi
-Jacques Attali, Gandhi: Vida y enseñanzas del padre de la nación india (Editorial Kairós Vitae, 2019).
-Una alternativa: Louis Fischer, Gandhi. Su vida y su mensaje a la humanidad (Editorial Vergara, 2005).
Para quien quiera profundizar más, dos lecturas muy recomendables, escritas desde dos perspectivas distintas:
-Niall Ferguson, El imperio británico. Cómo Gran Bretaña forjó el orden mundial (Debate, 2011).
-Pankaj Mishra, De las ruinas de los imperios. La rebelión contra Occidente y la metamorfosis de Asia (Galaxia Gutenberg, 2014).

Tema: El conflicto árabe-israelí
Hay una inmensa bibliografía sobre este (casi) inabarcable tema. Mi principal recomendación:

-Joan B. Culla, La tierra más disputada: el sionismo, Israel y el conflicto de Palestina (Alianza, 2005). El autor, que es profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, tiene también una interesante Breve historia del sionismo (Alianza, 2009).
Otras referencias interesantes, desde dos perspectivas distintas:
-Mario Sznajder, Historia mínima de Israel (Turner, 2018).
-Ilan Pappé, Una historia de la Palestina moderna: una tierra, dos pueblos (2003). Pappé es profesor de historia en la Universidad de Exeter (Reino Unido) y su obra es muy crítica con el estado de Israel.

Tema: John F. Kennedy
Existen muchas biografías sobre Kennedy, pero una de las más recientes, populares y recomendables es:

Robert Dallek, J.F. Kennedy: una vida inacabada (Península, 2018).

Otra opción, retrato de su época: W. J. Rorabaugh, Kennedy y el sueño de los sesenta (Paidós, 2005). Es un libro ya agotado. Hay que buscarlo en bibliotecas.

domingo, 12 de enero de 2020

Irán, ese gran desconocido


Desde el 26 de noviembre al 20 de diciembre pasados tuve la suerte de participar de un grupo de ocho personas que organizamos un viaje a Irán, justo después de las revueltas populares que, según dicen (la opacidad informativa fue muy grande) fueron sofocadas con el resultado de entre 120 y 200 muertos, según las fuentes. Entre eso y los prejuicios que, de un modo u otro, todos tenemos con respecto a cualquier país de otra cultura y, además, lejano, nos dirigimos en tren hasta Madrid un tanto nerviosos por la incertidumbre. En Barajas un vuelo con destino a Estambul y desde allí otro a Teherán nos dejó sobre las 3 de la madrugada en la oficina de visados del aeropuerto, donde nos atendieron con la misma amabilidad que lentitud.
A partir de ahí, más de tres semanas recorriendo la parte sur-sudeste de este “archipiélago” de desiertos flanqueado por altas montañas nevadas, lagos, el mar Caspio y la ribera oriental del golfo pérsico. Es un país enorme (una superficie mayor que tres veces la de España) con fronteras por tierra con Azerbaiyán, Armenia, Turquía, Irak, Pakistán, Afganistán, y Turkmenistán. Enfrente, en la orilla occidental del golfo Pérsico se ubican Kuwait, Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Dubái y Omán. Como se puede apreciar, el lugar que ocupa la República Islámica de Irán en este planeta es absolutamente estratégico: un auténtico avispero.
Viajar por Irán es hacerlo por las viejas civilizaciones que se desarrollaron y desaparecieron en ese lugar a lo largo de la Historia. Ciro, Darío. Jerjes el Grande, Alejandro Magno… dejaron aquí su huella levantando y destruyendo ciudades, palacios, mausoleos, tumbas, etc. Más tarde, los musulmanes conquistan la antigua Persia en el 651 d. C., introduciendo no sólo su religión, sino también su cultura y, con ella, su arte y el desarrollo de la literatura, las ciencias, la arquitectura, medicina, etc., que se fueron divulgando a lo largo del mundo islámico. Un hecho relevante, de consecuencias todavía en vigor, fue cuando en 1501 la dinastía Safaví sustituye el islam suní, hasta entonces mayoritario, por el chiismo como religión oficial del reino.
Irán acumula grandes tesoros de la arquitectura islámica: el arco (apuntado o semicircular, no de herradura), la cúpula y la columna son sus tres ejes fundamentales, dentro de un marco en el que aparecerá el agua, el árbol y el muro, componentes del Paraíso en su mitología; así, nos encontramos con las grandes plazas (la de Isfahán es paradigmática) en ciudades y mezquitas, los palacios y el gusto por los jardines, donde el agua entra y sale, sube y baja de un modo asombroso gracias al tradicional desarrollo de la ingeniería hidráulica. Sin embargo, Irán es también un país moderno con construcciones propias de su desarrollo cultural y tecnológico, que tiene su representación en elegantes puentes, modernos edificios y construcciones dentro de una mezcla “caótica” entre lo tradicional (el bazar, las casas de adobe, las “torres del viento”, el urbanismo…) y lo actual (hoteles, centros de negocios, estaciones de ferrocarril y aeropuertos, el tráfico anárquico o la polución que cubre Teherán).
Poblaciones como Teherán, Qom, Kashan, Isfahan, Yazd, Shiraz, Kerman, Mashhad, Bam…; los desiertos de Maranjab, Lut y Kaluts; bazares, palacios, castillos, caravanserais, jardines, plazas, puentes, templos, mezquitas, mausoleos, museos… fueron objeto de nuestro viaje, pero lo que más asombra y atrae de este país es, sin duda alguna, su gente (por cierto que no son árabes, como cree mucha gente, sino persas, con rasgos fisonómicos muy semejantes a los nuestros). Gente no sólo amable y educada, sino afable, que, sin conocerte de nada, se acerca donde ti y te da las gracias por haber venido a Irán, o no sólo no le importa que le fotografíes, sino que es él, o ella, quien quiere hacerse un selfie contigo; como son un pueblo joven lleno de universitarios (chicos y chicas) ansían conocer lo que hay más allá (su red social por excelencia es Instagram, no habiendo ni Whatsapp ni Twitter), y por eso muchos saben, en mayor o medida, inglés, con lo que la comunicación es posible. Son muy sociables y alegres; es muy normal ver grupos de mujeres, jóvenes o maduras, o familias en un parque o en una tetería (no hay bares: son antiguos baños reconvertidos, pero conservando toda su riqueza y esplendor) celebrando cumpleaños o una graduación o lo que sea, riendo y alborotando; sobre todo los jueves por la tarde (la víspera de la fiesta del viernes) y los viernes se ven a las parejas cenando en los restaurantes y/o fumando una pipa de agua acompañada de los omnipresentes té y dulces.
La joven sociedad iraní es muy consciente de la dictadura a la que les tiene sometidos el régimen religioso de los ayatolás (y sale a la calle a protestar cuando y como puede), y en las ciudades es evidente la cantidad de grados de libertad que van tomando (específicamente las mujeres). Es, repito, lo que más choca con los prejuicios con los que inevitablemente se viaja a ese país: es un país alegre, lleno de vida, avanzado, seguro, con buenos servicios (nosotros tuvimos que acudir de urgencia a un hospital y doy fe de ello), donde no se perciben grandes diferencias de renta (aunque, evidentemente, no todos son iguales y existe el “barrio pobre” y el “barrio rico”), donde hay plena libertad de movimientos, etc. En definitiva, que si uno piensa que se va a encontrar un país triste, oscuro, lleno de clérigos y policías, no es así. El mayor problema que nos encontramos fue el de cruzar las grandes avenidas, aunque uno acaba aprendiendo cómo sortear los coches y las infinitas motos que circulan por aceras y calzadas. Ah, y es un país, hoy en día, muy barato, donde no te aceptan las tarjetas de crédito habituales (consecuencia de las sanciones de Estados Unidos, que están haciendo mucho daño a la población), pero donde con euros vas a todas partes. El viaje es largo, pero merece, y mucho, la pena.

Isfahán (Plaza Naqsh-e Jahan)

Persépolis