jueves, 28 de octubre de 2021

Urnieta. Ermita de Santa Cruz de Azkorte

 URNIETA – ERMITA SANTA CRUZ DE AZKORTE

La antigua ermita de la Santa Cruz de Azkorte de Urnieta se encontraba a unos 100 metros del emplazamiento de la actual, en la ladera del Buruntza, encima de la cantera causante de su derrumbe. Aparece señalada como punto estratégico en los mapas de la primera guerra carlista, probablemente por la visibilidad que se alcanza desde el lugar al estar situada en la línea que separaba a ambos bandos enemigos y que desde Lasarte pasaba al barrio Goiburu de Urnieta.

La primera fecha documental la señala Murugarren en 1625. Sin embargo, investigaciones realizadas en el Archivo Municipal de Hernani aparece una mención documental de 1623 a la serora de «Santa Cruz de Urnieta» mientras que, en el testamento de Juanes de Ynbutodi, alias «Urdiñ» de 1548, se deja un real para esta ermita.Lope de Isastiañade que ya entonces era una «hermita devota para tercianas y cuartanas y además, en el informe presentado en 1756 a la Junta particular deTolosa, se la llama y sitúa como «Santísimo Christo en la montaña de Azcorte (una de las cotas del Buruntza). Se le asiste voluntariamente por los fieles con partes de trigo y maíz. Tiene varios censos. La campana de su ermita hace ahuyentar toda tempestad. Se hacen a ella cinco procesiones, concurriendo el pueblo, con Misa que la dice uno del Cavildo eclesiástico por obligación. Se vuelve en procesión al pueblo y en este ir y venir se tardan dos horas y media cuando más. Se celebran muchas misas».

 

 

Teresa Amuategui señala que en la casita adosada a la antigua ermita que después se transformó en sacristía, vivió en tiempos lejanos una serora o freira existiendo una fuente, no muy lejos de ella, que hoy día se la conoce como “Zeroraniturriya”(fuente de la serora). Pertenecía a la ermita un “golde” de terreno, es decir 3.335 metros cuadrados del que se beneficiaban para su sustento tanto la serora como su familia. El ocho de setiembre de 1837, sufrió los horrores del incendio y destrucción a manos de los soldados mandados por el general O’Donnell. Según cuentan los antepasados, la imagen del Cristo se salvó de este incendio porque al ver los soldados con asombro que las llamas respetaban la imagen, sobrecogidos de estupor, la sacaron del sagrado recinto y la abandonaron en el campo hasta que piadosas personas de la localidad se adueñaron de ella y la condujeron con gran reverencia al caserío Aldamuño del término municipal”. Otra versión dice que los soldados cristianos prendieron fuego a la ermita, pero ésta no ardía como era su deseo; volvieron a intentarlo una y otra vez, pero sin lograr su propósito. Alguien de entre ellos, señaló que, quizás la causa fuera el Santo Cristo que presidía el altar. Entonces, cogiendo la imagen por los pies, la arrojaron violentamente fuera de la ermita, volviendo a prender fuego en su interior. Entonces fue cuando efectivamente, ardió. A los urnietarras, el caserío Aldamuño no les parecía lugar suficientemente seguro para guardar la imagen dadas las constantes escaramuzas entre ambos ejércitos. La llevaron a la casa llamada “Auntzaenea” de Andoain donde estuvo depositada hasta que la también incendiada ermita de Santa Leocadia fue reconstruida, trasladándose la imagen a ella.

Varias veces los vecinos del valle de Ergoyen intentaron reconstruirla pero no lo consiguieron hasta 1911. Las paredes desnudas de la ermita resistieron impasibles embates climatológicos durante 74 años. Su aguabenditera servía de recipiente para el agua en el gallinero del caserío Azkonebieta. Unos urnietarras fervorosos, restableciendo una antigua tradición iniciaron de nuevo el rezo del Vía-Crucis al amanecer del Viernes Santo y el día 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz. Subían la cuesta de Azkorte, rezando en alta voz, hasta alcanzar las ruinas de la ermita y, dentro de ella, hacían el ofrecimiento ante una pequeña cruz de hierro colocada sobre una piedra.

El Ayuntamiento autorizó a los vecinos para que cubrieran la ermita hasta que se consiguiera restaurarla. En 1910 se constituye una comisión de vecinos y su primer acuerdo fue abrir una suscripción popular. La iniciativa fue muy bien acogida por el pueblo y por fin, se recibió del Obispado de Vitoria, fechado el 3 de marzo de 1911 “Vista la instancia que nos ha dirigido el pueblo de Urnieta, en súplica de permiso para restaurar a sus expensas la ermita de la Santa Cruz de Azkorte de aquella feligresía, cuyo edificio quedó arruinado en 1837; oído el parecer del arcipreste de San Sebastián sobre dicho asunto y estimando de conveniencia y utilidad la reedificación de dicho Santuario, venimos en acceder lo solicitado por el Ayuntamiento de la dicha localidad, y en su consecuencia damos nuestra licencia para que pueda reedificarse y abrirse al culto, previa la visita y reconocimiento del expresado señor Archipreste, a quien desde ahora facultamos para su revisión y al señor cura de la parroquia en caso de serle imposible al primero, reconociendo al Ayuntamiento el patronato sobre el edificio de referencia con los deberes y facultades correspondientes y al párroco que es o fuese de la parroquia, aquella que por derecho le nombran…”.

Las obras comenzaron en mayo de dicho año contribuyendo algunos vecinos con dinero en metálico, materiales de construcción, prestación personal y hubo quienes regalaron ornamentos sagrados y objetos adecuados para el culto. Un burro ciego del caserío Irurain, propiedad de don Eulogio Achúcarro transportó el material de obra. Concluida ésta, se hizo el traslado de la imagen del Cristo depositado en Santa Leocadia, un viernes 17 de abril de 1912, festividad de la Dolorosa con un solemne Vía Crucis. La bendición de la ermita la efectuó el párroco de Urnieta don José Gabriel Arrúe, pero la inauguración oficial fue el día 3 de mayo. Desde esa fecha, muchos días, un P. Oblato subía a la ermita a celebrar misa pero la gran fiesta de Azkorte siguió siendo el 3 de mayo celebrándose varias misas, misa mayor a las diez horas presidida por las autoridades municipales. Al finalizar ésta, los caseros se reunían en la sacristía y mientras tomaban su “amaiketako”, organizaban con un año de antelación las próximas fiestas aportando cada uno el dinero correspondiente a la parte proporcional de los gastos que oscilaba entre 10 y 12 pesetas. Manuela Olazaguirre del caserío Elorriaga era la encargada de subir al sacerdote celebrante una taza de chocolate. Así mismo, todos los días muy temprano, subía a la ermita para alimentar con aceite la lamparilla que ardía a los pies del Cristo. El día de Santa Cruz, el alcalde y concejales comían en el caserío Elorriya y todos los años el menú era el mismo: sopa de caldo de gallina, garbanzos, habas tiernas con repollo, pollo asado, arroz con leche y mamia. Después en la campa de Elorriya actuaban bersolaris y tambolireros disparándose cohetes sin cesar.Se nombra mayordomo de la ermita a don Miguel Yurramendi de la casa Oyanume, con la obligación de rendir cuentas anuales. Se reconstruye en 1913 el Vía Crucis que va desde el caserío Elorriya hasta la ermita. El párroco Señor Arrue bendijo las cruces. En diciembre de 1917, los ladrones entran en la ermita y se llevan dos casullas, un alba, un misal, una lámpara y algunas otras cosas más, valorándose lo robado en 330 pesetas. Pero poco a poco la lluvia y tormentas causan desperfectos en su tejado requiriendo a tal fin, suscripciones públicas en las tabernas tanto del pueblo como de los barrios de Oria y Lasarte

A consecuencia de unos corrimientos de tierra la antigua ermita comienza a desmoronarse en 1970 al faltarle tierra en su sustentación. Enseguida se pensó en buscar un terreno adecuado para reconstruirla esperando que muy pronto una nueva ermita sirviera de cobijo al Cristo de Azkorterefugiado en la ermita de Santa Leocadia. El Cristo es objeto de una concienzuda restauración para disimular las sucesivas capas de pintura, desperfectos causados por incendios y traslados que ocultaban la primitiva autenticidad de la antigua imagen.

Se reconstruye y el 8 de abril de 1922 se bendice con toda solemnidad inaugurándose oficialmente el 3 de mayo..En 1917 entran ladrones y se llevan 350 ptas, dos casullas, un alba, un misal, una lámpara y algunas menudencias más, lo que produce gran pesar e indignación en la zona. Si bien anteriormente se produjeron algunos corrimientos de tierras, es en 1970 cuando un fallo en el sistema de explosiones controladas de la cantera que había a sus pies provoca el derrumbe de gran parte del templo, tirándose lo que quedada en 1972.

Antxon Aguirre Sorondorecoge que conforme al inventario de 1630, los bienes eran los siguientes: un cáliz y una patena de plata, un misal, un misal viejo de pergamino antiguo, una casulla con estola y manípulo de “damasco Leonado en partes bordada”, cinco albas de lienzo de la tierra con amitos de lo mismo y cíngulas raídas, tres sábanas nuevas de lienzo de la tierra, otra con una faja en medio de seda colorada. 11 sábanas de lienzo de la tierra, tres manteles para altares uno con lienzo de Francia y dos de la tierra, tres pares de tocas de lienzo de la tierra ‘Sin meter en agua” (sin estrenar), tres tocas de seda muy viejas, dos paños de manos de altar, tres pares de corporales con un lienzo para cubrirlos, cuatro candeleros de latón dorado, una lámpara de estaño, un recipiente pequeño de obre para tener el agua benditay una red vieja de hilo para ponerla delante del altar.

 

 

Nueva ermita

Situada en las laderas del Buruntza, encima del caserío Elorriaga en el barrio de Ergoyen, en una zona muy rica en pastos con abundancia de rebaños de ovejas, caballos, vacas de monte (larrabeyak), etc. La ermita se construyó con las mismas medidas y distribución que la anterior modificándose únicamente la espadaña que ahora se encuentra sobre el ábside.

Se inaugura el 3 de mayo de 1973, con solemne procesión portando desde la parroquia el restaurado Cristo del siglo XIII, originario del primer templo y cuya veneración arranca desde ese siglo. Con motivo de su fiesta, en 1994 se colocó, tras una importante restauración, la imagen de la Virgen Dolorosa procedente de la parroquia.

Tanto Ignacio Barrriola como Lope Martínez de Isasti en 1625, apuntan que a esta ermita venían los fieles a curarse de las “tercianas y cuartanas”.

 

 

Las fiestas continúan celebrándose el 3 de mayo con misa solemne y romería popular. Se bendicen los ramos de espino blanco (elorri-zuri) repitiendo el consejo “Santa Kurutze-egunean, elorriabedeinkatzen da eta elorrieorrerazKurutzeakegitendituztesororako eta atetarako" (el día de Santa Cruz se bendice un espino y con sus ramos se hacen cruces para protección de heredades y portales). Tras la misa se da a besar a los asistentes el Lignum Crucis. El domingo posterior, son los vecinos de Lasarte-Oria quienes repiten el mismo rito con romería posterior junto al caserío Elorriya.

 BIBLIOGRAFIA

 AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo

“Ermitas de Guipúzcoa”pag 366. Fundación José Miguel Barandiarán 2000

AMUATEGUI, Teresa

“Urnieta” pag 117 Publicaciones de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián. San Sebastián 1976

ARREGUI AZPEITIA Gurutzi de

“Prácticas de medicina popular en ermitas” Hizkuntza eta Literatura nº 4 pp 607-631. Donostia 1985

BARRIOLA Ignacio

“La medicina popularen el País Vasco” pag 112

ENCICLPEDIA GENERAL ILUSTRADA DEL PAIS VASCO.

Cuerpo A. Diccionario Enciclopédico Vasco. “Vol XLIX. Uran-Urrug” pp 359.Ed Auñamendi

GOROSABEL, Pablo

 “Diccionario Histórico-Geográfico-Descriptivo de los Pueblos, Valles, Partidos Alcaldías y Uniones. Año 1862” pp. 561 Ed La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1972.

IRIGOYEN Domingo de

“Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa”. Eusko Folklore Tomo XIV pag 23. Vitoria 1934

LANDAZURI Urnieta

"Este sábado se celebran las fiestas de Santa Cruz de Azkorte en las campas de Elorriya". El Diario Vasco Ed Comarca 3 de mayo 2003. San Sebastián 2003

MARTINEZ DE ISASTI, LOPE

“Compendio Historial de la provincia de Gipuzkoa 1625” impreso en San Sebastián porIgnacio Ramón Baroja 1850. Ed. La Gran Enciclopedia Vasca.

MURUGARREN ZAMORA, Luis

"Urnieta"pag 134 Publicaciones Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián 1974

PEÑA SANTIAGO LUIS

“Gipuzcoa el último camino”. Pag 228. Edit. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1970

 “Fiestas tradicionales y romerías de Gipuzkoa”, pag 325 Ed. Txertoa 1973 San Sebastián

“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 260 Ed. Txertoa 1975 San Sebastián

“Rincones de Guipuzcoa”. Pag 45. Ed. Txertoa 1977. San Sebastián

martes, 27 de julio de 2021

Mundo mejor?

 Según estas curvas parece que vamos algo mejor. Pero unos mucho mejor que otros.



jueves, 22 de julio de 2021

Eibar-Aguinaga. Ermita de San Román de Zalaarte

 

La ermita se encuentra sobre un montículo natural en el camino que arranca de Ixua a Barinaga y Marquina. En el alto, tras el arbolado, se asoma a un paisaje abierto y un cruce de caminos por donde se llega al Santutxo de San Ildefonso y a los caseríos Larrañeta e Iberixa. Tras bordear una suave colina aparece el conjunto de edificios del caserío San Román. Si bien se ignora la fecha de su fundación, la tradición señala que fue el primer templo construido en Aguinaga, previo incluso a la parroquia. Documentalmente, aparece en la visita que realiza el Licenciado Gil en 1556, representante del Obispado de Calahorra “Yten, hallo que ay en la dicha villa nuebe hermitas y son, Santa Ynés, Nuestra Señora del Palaçio, San Martín, Nuestra Señora de Arrieta, San Pedro de Acondia, San Román de Çelarte ..... Yten, hallo que en la dicha hermita de San Román abía rrobles y fresnos muy cresçidos, los quoales árboles heran de la iglesia y hermita suso dicha” 

 

 

La ermita es un edificio rectangular con tejado a dos aguas y pórtico con vertiente única. Espadaña de obra encima de la puerta y cruz en su ático. Puerta de entrada en arco dovelado de medio punto. En su interior una cruz en la pared y dos únicas tallas policromadas sobre troncos que sirven de peana: San Román y Santa Águeda, ambas de estilo renacentista, posiblemente del siglo XVI. En el muro derecho tres ventanas y otra en el izquierdo. Piedra vista, interior y exteriormente.

En 1710 aparecen los primeros testimonios escritos, existiendo hasta 1808 dos censos por importe total de 100 ducados que producían 66 reales anuales con los que se efectuaba el retejo y demás necesidades. Con la Desamortización de 1810 y para sufragar los gastos de la guerra, se vende en pública subasta la casa seroral con su horno, lagar, pesebres y “asiento comun”. Tras sucesivas valoraciones, subastas y remates, en julio de ese año se adjudica a María Pagaegui. Nuevas compras y ventas hasta que en 1845 pleitean dos vecinos y el sacristán. Este presenta la renuncia a ocuparse de la ermita ya que lo hacía como contraprestación a la explotación del monte Albizuri-aurrea. El Ayuntamiento consigue poner paz compensando a los demandantes. El sacristán se hace cargo de su mantenimiento hasta su fallecimiento.

Dispuso desde sus comienzos de múltiples benefactores quienes realizaban sus ofrendas mediante mandas en testamentos y donaciones. En 1571 Martín de Albiçuri ofrece “a la iglesia de San Román dos reales de limosna y sean pagados de mis bienes. Item mando y declaro que dono a la dicha ermita de San Román diez y siete reales y mando que sean pagados de mis bienes”.

Existen numerosas citas que demuestran la existencia de freiras en ella. Martínez de Morentín señala “Es seguro que vivían en una casa propiedad de la ermita quizás situada donde hoy se encuentra el caserío San Román”. En 1603 se hace en ella “obras de cantería y reparo”; en 1607 consecuencia de un incendio “se saca la tierra del solar de la casa quemada de las freiras”. Su reconstrucción comienza en 1612. Las obras terminan el año siguiente. En 1617 el Obispo de Calahorra ordena echar fuera de las iglesias del obispado a todas las freiras. Se opone el Ayuntamiento de Eibar, acordando que los objetos de las ermitas se entreguen para su custodia “a las barrenderas o servidoras”. En 1704 entra de sacristán Joseph de Ybarzabal quien junto a su mujer Mariana de Zaldivia, ofrece una dote 70 ducados abonables en cinco años, amén de comprometerse a plantar 50 árboles (manzanos, fresnos y robles), y aportar un carro de tejas cada año para retejo de la ermita y la casa del sacristán. Los sacristanes parece que los nombraba el Ayuntamiento de Eibar, constando que al asumir el cargo aportaban una dote disfrutando de la casa de la ermita y sus bienes. Cita Martínez de Morentin que “al menos entre 1580 y 1599, la ermita disponía de lagares, un robledal, un manzanal y, probablemente, ganado lanar”. Y, documentado desde 1661 hasta 1803, “un castañal, un censo de ganado vacuno, nogales y un monte”.

 

Ver las imágenes de origen

 

Los patrones de la ermita eran la iglesia y la villa, y sus fondos se canalizaba por una administración única personificada en el mayordomo que rendía cuentas anualmente a una junta general formada por los patrones y varios vocales. Las cuentas se visaban por el Cura de San Andrés y el Alcalde y Juez Ordinario de Eibar, así como por los visitadores generales del Obispado de Calahorra, dándose importancia relevante al “tributo del ganado vacuno” que algunos quebraderos produjo en la historia de la ermita “se previene que los mayordomos que son y fueren de dicha ermita han de saber examinar todos los años dicho ganado. Y si hubiese ganancia, hacerse cargo en las cuentas; y (...) poner por declaración en ellas de lo que no ha habido”, y en el inventario de 1765 se señala: “dispone de cincuenta ducados de vellón en ganado vacuno, que son dos vacas, una con cría y la otra sin ella, de medida de seis palmos y medio y de edad de 7 años que valen 36 ducados y una becerra de 4 años de edad y medio de seis palmos, de 14 ducados por cuyo tributo o ganancia paga tres ducados de vellón anualmente”.

La primera cita documental de existencia de un cementerio se remonta a 1704 en el que expresamente se dice que “se remienda la puerta del cimenterio”. Estaría adosado a la ermita y no tendría cubierta. El derrumbe de sus paredes propicia la ampliación quedando a cubierto dentro del recinto y con sus medidas actuales.

Respecto de los altares se conoce que en 1634, el Visitador General del Obispado de Calahorra ordena que se haga “la capilla de San Román que se hará en el lado del Evangelio dejando el altar central para Santa Águeda”. En 1638 el maestro carpintero Domingo de Gandiaga trabaja en las obras de calado, terminando el altar de San Román dos años más tarde. Nuevos retablos en 1722 de San Román y Santa Águeda según diseño de Ignacio de Echeverría y obra de Matheo y Francisco de Aspezu y Manuel de Larramendi. El tercero lo realiza en 1748, Joaquín de Unceta Barrenechea. Cuesta 644 reales y se paga en dos plazos. Durante la Guerra Civil, los retablos y la madera del suelo del coro se utilizaron como leña desapareciendo en esa época una de las tres imágenes (las otras dos se guardaron en la casa seroral para protegerlas). Y así hasta 1951 en que se señala que “no existe en el interior mas que un altar provisional” siendo en 1996 cuando “el tronco que hacía las veces de altar y que se había decidido utilizar como ambón (o Mesa de la Palabra) que era propiedad del caserío San Román, ha quedado inutilizable al rompérsele la plataforma superior durante los trabajos de limpieza realizados en la ermita esta semana”.

Respecto de las imágenes, se sabe que existieron dos esculturas de San Román: la primera, probablemente del siglo XVI, se colocó en 1639 en el altar lateral tras restaurarla Antonio de Bolunbizcar, maestro pintor, vecino de Ermua. La imagen se deteriora y en 1799 el acta de la visita del Obispo de Calahorra, señala “se haga nueva la imagen del Santo por estar la que existe tan sumamente ridícula y fea que en lugar de atraer la devoción causa irreverencia por lo que manda que dentro de cuatro meses de la publicación de este auto (...) se deshaga y entierre la efigie de San Román fabricando otra nueva, pintándola y colocándola precedida su bendición en la nominada Hermita”. Ese mismo año Juan Bautista de Mendizábal, escultor y vecino de Eibar “hace una imagen nueva de San Román por así haberlo mandado el Visitador por estar desfigurada la anterior”. Esta imagen fue restaurada en 1995 por Esther Sagarduy Areizaga de Eibar quien “tiene permiso para proceder a la restauración de la siguientes imágenes: ... San Román y Santa Águeda que se encuentran en el caserío San Román”. La imagen restaurada se entrega el 31 de julio de 1996 señalando en el informe “encontramos en esta talla algunas características de época barroca, por lo que podríamos decir que la obra pertenece al capítulo de escultura española, pudiéndose aproximar la pieza a finales del siglo XVII-XVIII”. Por lo que respecta a la imagen de Santa Águeda consta su existencia en 1713 junto con “una corona de Santa Águeda por cuatro perlas” que no se cita en el inventario de 1901. El Gobierno Vasco la centra en el siglo XVI-XVII, con un buen estado de conservación. Se restaura en 1995 junto con la de San Román.

En 1583 disponía de campana. Ocho años después, se paga cuatro reales a Francisco Bascarán “por ponerla bien” y otros 16 reales en 1695. Se funde en 1747 y se hace una nueva que pesaba “9 arrobas” a decir del inventario de 1765. Tras diversas vicisitudes sigue en ella hasta 1929. Sin embargo, el inventario de 1951 descubre que aquella campana había desaparecido y la que estaba era una campana grande, de bronce, con una inscripción de 1945. Desempeñaba un papel de orientación a caminantes en días de niebla cerrada, tocándose igualmente cuando fallecía algún vecino o comenzaba el sepelio. Si era hombre, se daban 36 campanadas lentas (tres series de tres y nueve toques); si era mujer 33 (tres series de dos y nueve). Se tañía desde la salida del féretro de la casa hasta que se perdía de vista de la ermita. Gurutzi Arregui cita esta ermita entre las nueve a las que acudían tradicionalmente las embarazadas guipuzcoanas para solicitar un buen parto. Muchas lo hacían andando e incluso descalzas, para poner velas. El jueves posterior al Corpus se hacía misa, bendición de los campos y el agua que los vecinos llevaban a sus hogares para cuando hubiese alguna necesidad (tormenta, fallecimiento, o cualquier bendición).

 BIBLIOGRAFIA

AGUIRRE SORONDO, Antxon

“Las ermitas de Eibar”. Pag 117 Ed.  Itxaropena  Zarauz 1996.

AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo

“Ermitas de Guipuzcoa”. Pag 169. Fundación Barandiarán. Ataun 2000.

ARREGUI AZPEITIA Gurutzi

“Prácticas de medicina popular en ermitas” Hizkuntza eta Literatura nº 4  pp 607-631. Donostia 1985.

BOLETIN PARROQUIAL DE AGUINAGA nº 207. Abril 2001.

ELORZA MAIZTEGUI, Javier

“Eibar: Orígenes y evolución. Siglos XIV al XVI”. Pag 177 Eibarko Udala. Ego Ibarra 2000.

IRIGOYEN Domingo de

“Ermitas e Iglesias de Guipuzcoa”. Eusko Folklore XIV pag. 77 Vitoria 1934.

MARTINEZ DE MORENTIN DE GOÑI Luis

“Aguinaga de Eibar. Historia de la parroquia”. Pag 117 y ss. Ed Centro Unesco de San Sebastián 1996.

MUJICA MUJICA, Gregorio de

"Monografía Histórica de la Villa de Eibar". Pag 179 Ayuntamiento Eibar 1990.

MURUGARREN ZAMORA, Luis 

“Relación de puntos religiosos de Guipuzcoa”. BRSVAP XXVIII Cuaderno 1º pag 59. San Sebastián 1972.

PEÑA SANTIAGO LUIS

“Las ermitas de Guipuzkoa”. pp. 18. Ed. Txertoa 1975.

viernes, 2 de julio de 2021

lunes, 21 de junio de 2021

SISTEMA IRRACIONAL.

 

 


 

 

 

 

 

 

 VACLAV SMIL.

Tendríamos que reducir deliberadamente nuestro nivel de vida.

Nuestra esperanza pasa por percatarnos de lo derrochadores que somos.

Desperdiciamos el 40% de los alimentos que cultivamos.

La agricultura representa el 10% de de los gases de efecto invernadero.

Se pierde el 30% de la energía por las ventanas.

No es nada ecológico volar a Amsterdam por 30 €.

Cuanto mas pequeñas son las familias a medida que properan , ¡más consumen!

Vivimos en un sistema en el siempre esperamos más. Es irracional.

 https://www.xlsemanal.com/personajes/20210608/cambio-climatico-energias-renovables-transicion-energetica-vaclav-smil.html

vaclav smil 


miércoles, 16 de junio de 2021

Aceras.

         Para los amigos de la fotografía.



Desde una esquina a otra, el ballet en la acera de la buena ciudad nunca se repite.

Y en cada lugar, siempre está repleto de improvisaciones.


Jane Jacobs, The Death and Life of Great American Cities

 https://stevemccurry.blog/2021/05/05/sidewalk-stories/

Ver:  ACERAS