miércoles, 17 de febrero de 2021

Deprisa, deprisa

El 19 de febrero se cumplen 40 años de la presentación de ‘Deprisa, deprisa’ en el Festival de Berlín, donde conquistó el Oso de Oro. Con el filme, Carlos Saura llevó este subgénero "Quinqui", del genero “Delincuencia”, a su máximo esplendor, siendo un modo de contar la historia de una época trascendental de nuestro país -la de los años de la Transición, de la crisis económica, de la droga, de la última mitad de los setenta y de la década de los ochenta, en definitiva- desde la perspectiva de los que se quedaron al margen de ella.

El filme, fue muy bien recibido, galardón al margen, tanto por los seguidores de Saura, como por los que lo entendieron como una aproximación distinta al cine sobre la marginalidad y la delincuencia juvenil española. Saura no partía de cero: la filmografía sobre el tema era notoria; así, José Antonio de la Loma con su trilogía sobre ‘El Torete’, realizada entre 1977 y 1980, e inaugurada con ‘Perros callejeros’, había sentado un precedente claro. Eloy de la Iglesia se había sumado a la corriente con ‘Navajeros’. Gracias al éxito comercial de algunos de estos filmes, más el prestigio que supuso “Deprisa, deprisa” de Saura, el cine quinqui se convirtió en un género social en sí mismo. Más adelante surgirían filmes rodados en escenarios semejantes (barriadas obreras) cuyo protagonista principal era la mayor o menor marginalidad a la que se vio abocada la juventud de estos barrios en la década de los ochenta a causa del paro y la droga, siendo tal vez sus mejores exponentes las películas “Barrio” (año 1988, dirigida por Fernando León de Aranoa) y “El Bola” (año 2000, dirigida por Achero Mañas). Es también digno de subrayar que Deprisa deprisa es la única película de este género en el que la protagonista principal es una mujer (a la espera de lo que nos depare el film Las leyes de la frontera, la nueva película de este género, dirigida por Daniel Monzón, adaptación de la novela del mismo título de Javier Cercas).

Según crónicas del momento, Saura invirtió mucho tiempo en la preparación de ‘Deprisa, deprisa’: tenía montones de carpetas con recortes de prensa sobre temas similares. El guion no dejaba de ser un simple punto de partida, que el cineasta enriqueció en las sesiones de trabajo con sus actores. Durante meses visitó distintos barrios buscando no solo los intérpretes no profesionales más adecuados; quería también que los escogidos fueran amigos entre ellos y vivieran en la misma zona. Los ensayos se rodaron en barrios de extrarradio de Madrid y pueblos del cinturón obrero, donde las chabolas que los emigrantes de aluvión habían construido estaban siendo sustituidas por casas colmena en solares sin urbanizar. El guion fue poco a poco sustituido por los diálogos que los propios protagonistas le iban sugiriendo a Saura. No tuvo música original, sino que eran canciones de rumba pop las que iban dando fuerza y entidad a la película, especialmente la titulada “Me quedo contigo”, de “Los Chunguitos”, que se convirtió en emblema de lo que es también la película, una historia de amor.

Mención aparte merece el reparto, formado por actores y actrices no profesionales del área de Villaverde y Vallecas, situada al sur de Madrid, integrado por Berta Socuéllamos Zarco (Ángela), José Antonio Valdelomar (Pablo) , Jesús Arias Aranzueque (Meca) y  José María Hervás Roldán (Sebas) como protagonistas, subrayando el extraordinario trabajo de Berta Socuéllamos interpretando a Ángela.

La película narra la historia de cuatro amigos: Pablo, "el Meca", "el Sebas" y Ángela, y especialmente la de la pareja formada por Ángela y Pablo, la mayoría de ellos provenientes de un ambiente marginal y que encuentran diversión y una salida fácil en los robos a mano armada en una vida sin pasado ni futuro en la que los acontecimientos han de sucederse deprisa, deprisa.

Este film es un crudo y triste retrato de una época y un claro reflejo del impacto que sufrió una generación, la nacida en la década de los sesenta, a la que le estalló la transición política y la crisis de 1973, y con ella la llegada de las drogas consideradas menores, pero también de otras como la heroína que empezó a consumirse masivamente en la España de finales de los años 1970 y principios de los años 1980. Del extrarradio de Madrid abandonado a su suerte  -donde Pablo y Ángela viven—  Saura nos muestra la marginalidad socioeconómica y moral de unos desarraigados que, sin oficio ni beneficio, se van a convertir en una generación maldita, fundamentalmente para los más débiles.

Como he indicado antes, los protagonistas no fueron elegidos a través de un casting al efecto, sino que eran delincuentes reales, entre ellos Jesús Arias, alias el Susi, que empleaba sus permisos carcelarios para el rodaje y que consumía drogas de manera habitual -incluso, parece ser, a lo largo del propio rodaje- y José Antonio Valdelomar, un delincuente que cometía atracos con asiduidad. Durante la preparación de la película, Saura conoció los ambientes de los barrios periféricos de Madrid y durante dos meses realizó pruebas con vídeo entre la gente joven que los habitaba, hasta concretar los actores naturales que intervendrían en su filme. El rodaje se realizó en el verano de 1980 en diversas calles, discotecas y paisajes de Madrid. La naturalidad de los desconocidos intérpretes y su frescura al interpretarse en cierto modo a sí mismos fue una de las grandes aportaciones de la película. En todo caso, los protagonistas declararon que el cine había llegado por casualidad y de la misma forma se marcharía de sus vidas, como, efectivamente, así fue.

José Antonio Valdelomar (Pablo) murió por una sobredosis de heroína el 11 de noviembre de 1992 en la cárcel de Carabanchel tras ser detenido varias veces, una de ellas en ocasión de un atraco a mano armada en una sucursal bancaria después del rodaje y antes del estreno. Por su parte, Jesús Arias Aranzueque, Meca en la película, también fue detenido después del rodaje y antes del estreno,  pasando por la cárcel de Carabanchel y otros centros penitenciarios. Falleció en el hospital comarcal de Zumárraga antes de cumplir los 32 años. Sus restos, no reclamados, fueron incinerados en Zumárraga lugar al que fue a intentar desintoxicarse en 2007. La causa de su muerte tuvo su origen en el SIDA.

Berta Socuéllamos, a la que le fue pronosticado un excelente futuro en el mundo del cine, decidió abandonar por completo esta actividad y junto con su compañero de reparto José María Hervás comenzó una vida en el más absoluto anonimato. De ellos sólo se sabe que se casaron y, probablemente, que comenzaron una nueva vida con las 300.000 pesetas que cobró cada uno por sus nueve semanas de rodaje de esta magnífica película que fue emitida por la 2 de TVE hace unos días en conmemoración de su cuarenta aniversario y que es muy recomendable.

 

Carlos Ortigosa (16 de febrero de 2021) 

 


2 comentarios:

  1. Hay un fallo en el artículo. Jesús Arias Aranzueque, "El Meca", difícilmente pudo ir a Zumárraga a desintoxicarse en 2007, puesto que falleció en 1992, o sea, quince años antes. Por lo demás, es un artículo bastante ameno e interesante.

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  2. Un poco antes creo murió efectivamente en Guipúzcoa en zegama vivía el Señor lo tiene en su gloria

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