Los cuentos orientales han llenado nuestra imaginación infantil y juvenil. Hoy, estos cuentos son motivo de reflexión y sobretodo de interrelación con otras artes además de la literatura, como es el cine y la música.
La reflexión viene dada por el modelo de vida oriental que nos muestra este sugerente personaje real o de ficción, quien nos relata un mundo de ensueños, como alfombras mágicas que vuelan, lámparas maravillosas que a petición de su dueño, Aladino, ademas de iluminar el camino, de su boca emerge un genio benefactor que nos satisface todas nuestras peticiones, etc.
Estos y otros MIL CUENTOS que llenarán MIL NOCHES sucesivas para que nuestro fascinante personaje, SHEHEREZADE, pueda seguir entreteniento al poderosos sultán y no acabar asesinada como el resto de las mil mujeres que le precedieron en los aposentos reales en la noche siguiente a ser desposadas.
Todo este mundo oriental que nos sugiere una gran opulencia de cómodos cojines revestidos de ricos brocados, vestidos de seda de colores brillantes, piedras preciosas engarzadas en los ampulosos turbantes de estos personajes de cuentos orientales.
Imaginación infantil y juvenil acrecentada con imágenes de películas míticas que nos lleva a sublimar palabras relacionadas con: odaliscas, sultanes, ruta de la seda, Marco Polo, harenes, etc.
Pero que hoy nos lleva a reflexionar el papel que le ha tocado jugar a la mujer en épocas pretéritas, en ambientes asiáticos que son los que han precedido a la cultura europea.
Pero esa imaginación desbordante que nos acompaño en la juventud, no se apaga sino que, se acrecienta con los años y nos llena la mente de imágenes y sensaciones que además son acompañadas por un arte sublime como es la música.
El relato es el siguiente:
SCHEHEREZADE- LAS MIL Y UNA NOCHE
Las mil y una noches (literalmente en persa,‘mil noches
y una noche’) es una célebre recopilación de cuentos árabes del Oriente Medio
medieval que utiliza la técnica del relato enmarcado. El núcleo de estas
historias está formado por un antiguo libro persa. El compilador y traductor de
estas historias al árabe es, supuestamente, el cuentista Abu abd-Allah Muhammed
el-Gahshigar, que vivió en el siglo IX. La historia principal sobre Scheherezade,
que sirve de marco a los demás relatos, parece haber sido agregada en el siglo
XIV. La primera compilación arábiga moderna, elaborada con materiales egipcios,
se publicó en El Cairo en 1835.
Las historias son muy diferentes, incluyen cuentos,
historias de amor o tanto trágicas como cómicas, poemas, parodias y leyendas
religiosas musulmanas. Algunas de las historias más famosas de Sherezade
circulan en la cultura occidental traducidas como Aladino y la lámpara
maravillosa, Simbad el marino y Alí Babá y los cuarenta ladrones;
El sultán conmuta la pena de Scherezade
La historia por capítulos cuenta que el sultán Shahriar, desposaba una virgen cada día, y también que mandaba decapitar a la esposa del día anterior. Todo esto lo hacía en venganza, pues encontró a su primera esposa traicionándolo. Ya había mandado matar a tres mil mujeres cuando conoció a Scheherezade.
Pese a las protestas de su padre, Scheherezade pasó voluntariamente una noche con el rey. Una vez en las cámaras reales. Al acceder a su petición y encontrar a su hermana, como secretamente había planeado Scheherezade, le comenzó a narrar un cuento durante toda la noche. Mientras Scheherezade narraba, el rey permaneció despierto y también escuchó con asombro la primera historia y al final le pidió otra, pero Scheherezade le dijo que ya no había tiempo pues ya estaba amaneciendo, entonces él la perdonó, pues la historia por venir parecía mucho más emocionante.
Y así el rey conservó a Scheherezada viva mientras que pedía con impaciencia el anticipo de cada nueva historia, hasta que, después de mil y una noches de diversas aventuras, y ya con tres hijos, no sólo el rey había sido entretenido sino también educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Scheherazade, que entonces se convirtió en su reina.
¿FICCIÓN o MITO?
Sherezade visitaba al sultán cada noche y gracias al arte de
sus relatos no sólo logró salvarse, sino salvar la vida de cuantas muchachas
habrían tenido que sucederle en su lecho. El mundo del relato siempre ha ido
unido a la pregunta por el poder de la muerte, y a la necesidad de encontrar
una manera de burlarla. Y es cierto que el mundo de la ficción no pertenece
exactamente al mundo del mito, pero aspira a reflejar una parte de su verdad. Y
así el mito vuelve a nosotros y, al hacerlo, la realidad se abre y nos entrega
sus frutos más sabrosos. Bien mirado, ¿no es ésa la aspiración del narrador? Un
puente entre la verdad y el mundo real, eso son todas las historias que merecen
la pena.
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Y la música, según Hegel, se transmite directamente a través de las ondas de un sentimiento a otro sentimiento sin pasar por la visualización.
Pero si la música se idealiza con visiones del sofisticado mundo oriental con la música de este compositor ruso, en este grandioso poema sinfónico, para los amantes profanos de dicho arte, el goce es mayor.
RIMSKY-KORSAKOV (1844-1908)
En los años ochenta del siglo XIX, Rimsky-Korsakov se centró en la
música orquestal integrada en su mayoría por grandes poemas sinfónicos más que
por sinfonías propiamente dichas; entre ellos cabe destacar el Capricho español, Scheherezade y la Obertura
de la gran Pascua rusa. Considerado junto a Maurice Ravel uno de los padres
del arte de la orquestación del siglo veinte, Rimsky- Korsakov pone de
manifiesto en ellas las inmensas posibilidades cromáticas de la orquesta.
SCHEHERAZADE
-El mar y el barco de Simbad (Largo e Maestoso - Allegro non
troppo).
-El cuento del príncipe Kalender (Lento - Andante).
-El joven príncipe y la princesa (Andantino quasi
Allegretto)
-Fiesta en Bagdad, el Mar, el Barco se hunde contra las rocas (Finale - Allegro
molto)
Scheherezade, la partitura más popular e importante del músico ruso es una alfombra mágica que nos transporta al mundo de Las mil y una noches y sus viejas historias orientales de tradición oral (Alí Babá, las aventuras de Simbad, y similares), en parte difundidas por Europa gracias a las populares traducciones de Sir Richard Burton. Es una preciosa pieza, una fiesta para los propios músicos de la orquesta que gozan de numerosas oportunidades de intervención. Su vitalidad, el poder de atracción de sus melodías y su formidable orquestación son impresionantes. Fue estrenada en San Petersburgo en 1889 y aunque su autor no quería ceñirse a un programa muy definido, hay títulos que evidencian episodios de mares, príncipes, fiestas y hasta el naufragio del barco que se estrella sobre las rocas. Existen unas notas unidas a la partitura en las que se pueden leer detalles sobre el contenido general. El compositor explicaba que el sultán Schahriar, convencido de la falsedad de las mujeres, se propuso acabar con cada una de sus esposas tras pasar con ellas la noche de bodas. Fue la bella Scheherezade quien salvó su vida amenizando las veladas del tirano durante mil y una noches con interesantes cuentos que excitaban la curiosidad del esposo. Si la sultana imbrica la narración de forma que no decaiga el interés del marido, Rimsky-Korsakov logra un objetivo igual, haciendo que todo proceda de un motivo generador de diferentes temas.
El músico añadió a los movimientos las indicaciones de Preludio,
Balada, Adagio y Finale pero, dado el carácter programático de la obra, no
procedía calificarla de “sinfonía”. Dos asuntos conforman los cuatro
movimientos de la exótica suite: uno robusto, el del sultán, que contrasta con
la ternura del violín: la favorita que hila las maravillosas historias que
cautivan al esposo.
En El mar y el barco de Simbad, la música comienza con la
amenazante figura del sanguinario sultán en los trombones, tuba, maderas graves
y cuerdas, tras la que, brillando entre ricos acordes del arpa, escuchamos la
voz de Scheherezade en el violín solo, que comienza temblorosa la primera de
las historias. El inmenso mar se manifiesta en grandes olas de parte de toda la
orquesta. Navegamos en el barco de Simbad (flauta, oboe y clarinete) y vemos
las velas hinchadas, el sol en las aguas, la calma del mediodía, una tormenta
que aminora, y seguimos a la joven hilando la historia... El sultán se duerme y
la esposa pospone su destino por un día.
El cuento del Príncipe Kalender se refiere a un príncipe que ahora
es un monje mendicante que ha profesado votos de pobreza, castidad y humildad.
Escuchamos su historia de parte del fagot. Es tímido, serio, aunque algo
burlón. Las feroces fanfarrias del trombón y la trompeta nos arrastran a una
escena de esplendor bárbaro y salvaje. Rimsky lanza luminosas masas de color
como joyas brillantes procedentes de un cofre y el torbellino y la pompa de un
solemne desfile nos sitúa en un ambiente opulento. Es la primera vida del
príncipe cuando se rodeaba de gloria y poder. Hay cierta nostalgia hasta que el
movimiento termina con un rimbombante crescendo.
La tercera parte, El joven príncipe y la princesa, es la sección
más lírica. Una cautivadora canción de amor de los violines representa al
joven, mientras que el clarinete habla por voz de la dama. Más tarde, el ritmo
de la pequeña percusión añade un efecto picante a esta amorosa escena.
Termina la obra con la Fiesta en Bagdad. El barco de Simbad se
estrella contra las olas. El Sultan entra en la alcoba y Sheherezade comienza
la descripción de una fiesta oriental llena de vida y color en la que la
orquesta ha de mostrar su capacidad virtuosa. Bailarines, trajes lujosos,
perfumes... oriente en música. Retornan los temas de los movimientos
anteriores, todos llenos de energía que mantiene el ritmo de la fiesta.
Recordamos a todos los personajes de los relatos y finalmente, la orquesta nos
transporta a la cubierta del barco de Simbad, ahora en medio de un terrible
temporal de olas gigantescas que lo precipitan contra las rocas coronadas por
la estatua de un guerrero. Finalmente se escucha la voz de Sheherezade que nos
llama desde el fantástico mundo que ha creado y el Sultán habla de nuevo, pero
suave y gentilmente, pues ha renunciado a su terrible propósito. El violín solo
asciende a lo más agudo para terminar la suite en sereno y luminoso triunfo.
Muy majo tu artículo, Arantza. Me ha hecho revivir de nuevo la música de la OSE compartida y disfrutada el otro día en el Cubo Grande.
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