lunes, 27 de enero de 2014

EL AMBAR.



AMBAR.


Los estudios recientes del ámbar de España tienen sus inicios a mediados de los 90 cuando miembros del Museo de Ciencias Naturales de Álava descubren en Peñacerrada (Álava) uno de los yacimientos más importantes del mundo en inclusiones de ámbar del Cretácico Inferior. Desde entonces se han encontrado otros yacimientos con inclusiones, pero hasta el momento Peñacerrada es el que cuenta con miles de inclusiones de artrópodos. En 2005 un equipo de investigadores españoles y extranjeros, dirigidos desde la Universidad de Barcelona, inicia el estudio pluridisciplinar de los yacimientos de ámbar del Cretácico de España, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Desde entonces se han descubierto y estudiado varios yacimientos, entre los que destacan el de San Just en Teruel y el del Soplao en Cantabria, por su calidad y abundancia de ejemplares fosilizados.
A finales de julio del año 2008, un equipo de investigadores del Instituto Geológico y Minero de España, compuesto por María Najarro de la Parra e Idoia Rosales Franco, descubrieron un yacimiento de ámbar con insectos del Cretácico desconocidos hasta ahora y con un estado de conservación "excelente" en el entorno de la Cueva de El Soplao, cerca de la localidad cántabra de Rábago.
Además de pequeñas avispas, moscas, chinches, arañas, cucarachas y mosquitos chupadores de sangre que se alimentaban picando a los dinosaurios, el ámbar de El Soplao encierra una tela de araña distinta de la que ya se había descrito en un yacimiento de Teruel y que despertó un gran interés entre los científicos. También contiene restos fósiles de coníferas y el fragmento de ámbar azul más antiguo que se ha datado.
El yacimiento, que permitirá profundizar en el conocimiento de los ecosistemas de la era de los dinosaurios "a varias generaciones de paleontólogos", ha aflorado durante las obras de la carretera de acceso a la cueva de El Soplao, de la que dista tres kilómetros, y es el primer logro de los trabajos que se están haciendo en esta zona tras el convenio que firmaron en diciembre de 2007 el Instituto Geológico y la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.
También aportará información sobre el cambio climático porque hace 110 millones de años -45 millones de años antes de que un meteorito acabase con los dinosaurios-, esta región del planeta tenía un clima subtropical muy caluroso, la atmósfera era mucho más rica en CO2 que la actual y por lo tanto, el efecto invernadero era muy acusado.
El yacimiento de El Soplao está además muy bien datado, algo que no ocurre con otros de la misma era, como los del Líbano, que son diez millones de años más antiguos que éste. (Ver vikipedia)

LA RUTA DEL AMBAR.

                                      

El ámbar era negociado por esta ruta comercial ya desde la Prehistoria. Con la expansión del Imperio romano hasta el Danubio, probablemente hacia inicios del siglo I bajo los gobiernos de César Augusto y Tiberio, la ruta se convirtió en una calzada romana dentro del área perteciente al Imperio. El trayecto romano de la ruta del ámbar puede ser encontrado en los registros de la Tabula Peutingeriana (un mapa que muestra la red de caminos del Imperio romano, creado en el siglo IV). La calzada que ofrecía mayor seguridad en períodos invernales, uniendo Carnuntum en el Danubio, con Aquilea en Italia, era conocida como ruta romana del ámbar. Plinio el Viejo (23-79), describió cómo era hecho el transporte del ámbar desde las costas bálticas hasta Aquileia por esa ruta y desde entonces ésta recibió el nombre con el que se le conocería.
La ruta principal seguía en dirección sur partiendo en las costas del Báltico, en Prusia a través de las tierras de Boii (actual Bohemia) hasta llegar al Mar Adriático. Fue encontrado ámbar báltico en la tumba del faraón egipcio Tutankhamón, así como se envió desde el Mar del Norte ámbar para el Templo de Apolo en Delfos como ofrenda. A partir del Mar Negro, el comercio podía seguir en dirección al Cáucaso, y el resto de Asia, a lo largo de la Ruta de la seda, otra antigua ruta de comercio.
En Escandinavia la ruta del ámbar llevó las influencias del Mar Mediterrâneo a los países más al norte de Europa, probablemente haciendo surgir la prolífica cultura de la Edad de Bronce Nórdico. (Ver vikipedia)

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