domingo, 31 de julio de 2016

Cine de Verano



¡¡¡Verano!!! O amago de verano por estos lares. Lo que significa descanso en las jornadas de cine semanales, principalmente porque la cartelera está dirigida al mundo infantil y juvenil.

Como no tengo películas nuevas para comentar, y dada mi afición por la escritura, voy a tratar de plasmar en papel el porqué de mi afición al cine. Esto es un comentario informal y jocoso, como el verano, sin grandes pretensiones. Espero no ser demasiado “chapa”.

Las personas de mi generación, nacidas entre los años 40 y 50, tuvimos una infancia en la que el cine era un premio: de la escuela, de nuestros padres, etc. etc., siempre unido a unas normas morales que limitaban el tipo de películas que podíamos ver. ¿Quién no se acuerda de los cines parroquiales? Al primero que yo asistí era el de los Padres Franciscanos, que estaba junto a mi casa; luego, ya de adolescente, El “Buempas”, Carmelitas, el del Pº Colón, todo ellos ligados a centros religiosos.  Tampoco recuerdo la primera película que vi, pero sí que recuerdo una que me dejó muy marcada “Yo confieso” de Alfred Hitchcock.

Tras estas etapas de infancia y adolescencia, tuve la “suerte” de que mi aitá empezara a trabajar de acomodador de cine en el Trueba, lo que contribuyó a que aumentara mi afición, sobre todo porque podía ver algunos fragmentos de las películas “prohibidas” para mi edad, cuando iba con mi amá a saludar al aitá en el trabajo.

Luego llega la época de los bailes, guateques, novios, etc. y el cine pasa a segundo plano, a excepción de cuando las salas eran nuestro refugio para  “hacer manitas”.

Cuando te haces adulto, tienes hijos, etc., desarrollas otras aficiones más familiares y, con respecto al cine, condicionadas por las películas infantiles y juveniles.

Es ahora, cuando llegas a la “jubilosa” jubilación, cuando puedes retomar esta afición y disfrutarla plenamente, eligiendo las horas, los cines y las películas que más te atraen.

Así que, ya sabéis, hay que ir al cine y no quedarse en casa viendo videos o DVDs. No se puede comparar ver una película en una sala de cine o en casa, rodeados de la rutina diaria.  Como dicen en el Festival de Cine de Donostia: ¡¡¡¡MAS CINE POR FAVOR!!!!

Nuntxi Pérez

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