miércoles, 24 de febrero de 2021
miércoles, 17 de febrero de 2021
Deprisa, deprisa
El 19 de febrero se cumplen 40 años de la presentación de ‘Deprisa, deprisa’ en el Festival de Berlín, donde conquistó el Oso de Oro. Con el filme, Carlos Saura llevó este subgénero "Quinqui", del genero “Delincuencia”, a su máximo esplendor, siendo un modo de contar la historia de una época trascendental de nuestro país -la de los años de la Transición, de la crisis económica, de la droga, de la última mitad de los setenta y de la década de los ochenta, en definitiva- desde la perspectiva de los que se quedaron al margen de ella.
Según crónicas del momento, Saura invirtió
mucho tiempo en la preparación de ‘Deprisa, deprisa’: tenía montones de
carpetas con recortes de prensa sobre temas similares. El guion no dejaba de
ser un simple punto de partida, que el cineasta enriqueció en las sesiones de
trabajo con sus actores. Durante meses visitó distintos barrios buscando
no solo los intérpretes no profesionales más adecuados; quería también que los
escogidos fueran amigos entre ellos y vivieran en la misma zona. Los ensayos se
rodaron en barrios de extrarradio de Madrid y pueblos del cinturón obrero,
donde las chabolas que los emigrantes de aluvión habían construido estaban
siendo sustituidas por casas colmena en solares sin urbanizar. El guion fue
poco a poco sustituido por los diálogos que los propios protagonistas le iban
sugiriendo a Saura. No tuvo música original, sino que eran canciones de rumba
pop las que iban dando fuerza y entidad a la película, especialmente la
titulada “Me quedo contigo”, de “Los Chunguitos”, que se convirtió en emblema
de lo que es también la película, una historia de amor.
Mención aparte merece el reparto, formado
por actores y actrices no profesionales del área de Villaverde y Vallecas,
situada al sur de Madrid, integrado por Berta Socuéllamos Zarco (Ángela), José
Antonio Valdelomar (Pablo) , Jesús Arias Aranzueque (Meca) y José María Hervás Roldán (Sebas) como
protagonistas, subrayando el extraordinario trabajo de Berta Socuéllamos
interpretando a Ángela.
La película narra la historia de cuatro
amigos: Pablo, "el Meca", "el Sebas" y Ángela, y
especialmente la de la pareja formada por Ángela y Pablo, la mayoría de ellos
provenientes de un ambiente marginal y que encuentran diversión y una salida fácil
en los robos a mano armada en una vida sin pasado ni futuro en la que los
acontecimientos han de sucederse deprisa, deprisa.
Este film es un crudo y triste retrato de
una época y un claro reflejo del impacto que sufrió una generación, la nacida en
la década de los sesenta, a la que le estalló la transición política y la
crisis de 1973, y con ella la llegada de las drogas consideradas menores, pero
también de otras como la heroína que empezó a consumirse masivamente en la
España de finales de los años 1970 y principios de los años 1980. Del
extrarradio de Madrid abandonado a su suerte -donde Pablo y Ángela
viven— Saura nos muestra la marginalidad socioeconómica y moral de unos
desarraigados que, sin oficio ni beneficio, se van a convertir en una
generación maldita, fundamentalmente para los más débiles.
Como he indicado antes, los protagonistas
no fueron elegidos a través de un casting al efecto, sino que eran delincuentes
reales, entre ellos Jesús Arias, alias el Susi, que empleaba sus permisos
carcelarios para el rodaje y que consumía drogas de manera habitual -incluso,
parece ser, a lo largo del propio rodaje- y José Antonio Valdelomar, un delincuente
que cometía atracos con asiduidad. Durante la
preparación de la película, Saura conoció los ambientes de los barrios
periféricos de Madrid y durante dos meses realizó pruebas con vídeo entre la
gente joven que los habitaba, hasta concretar los actores naturales que
intervendrían en su filme. El rodaje se realizó en el verano de 1980 en
diversas calles, discotecas y paisajes de Madrid. La naturalidad de los desconocidos
intérpretes y su frescura al interpretarse en cierto modo a sí mismos fue una
de las grandes aportaciones de la película. En todo caso, los protagonistas
declararon que el cine había llegado por casualidad y de la misma forma se
marcharía de sus vidas, como, efectivamente, así fue.
José Antonio Valdelomar (Pablo) murió por
una sobredosis de heroína el 11 de noviembre de 1992 en la cárcel de
Carabanchel tras ser detenido varias veces, una de ellas en ocasión de un
atraco a mano armada en una sucursal bancaria después del rodaje y antes del
estreno. Por su parte, Jesús Arias Aranzueque, Meca en la película, también fue
detenido después del rodaje y antes del estreno, pasando por la cárcel de Carabanchel y otros
centros penitenciarios. Falleció en el hospital comarcal de Zumárraga antes de
cumplir los 32 años. Sus restos, no reclamados, fueron incinerados en Zumárraga
lugar al que fue a intentar desintoxicarse en 2007. La causa de su muerte tuvo
su origen en el SIDA.
Berta Socuéllamos, a la que le fue
pronosticado un excelente futuro en el mundo del cine, decidió abandonar por
completo esta actividad y junto con su compañero de reparto José María Hervás
comenzó una vida en el más absoluto anonimato. De ellos sólo se sabe que se
casaron y, probablemente, que comenzaron una nueva vida con las 300.000 pesetas
que cobró cada uno por sus nueve semanas de rodaje de esta magnífica película
que fue emitida por la 2 de TVE hace unos días en conmemoración de su cuarenta
aniversario y que es muy recomendable.
Carlos Ortigosa (16 de febrero de 2021)
miércoles, 3 de febrero de 2021
lunes, 1 de febrero de 2021
domingo, 31 de enero de 2021
NÓMADAS.
Bruce Chatwin es uno de los escritores más enigmáticos del siglo XX. Libros ya clásicos como En la Patagonia o Los trazos de la canción escapan a toda clasificación, y se revelan como textos fantásticos donde Chatwin se mimetizó con los entornos visitados al grado de crear una realidad particular para los mismos. Como revela Nicholas Shakespeare en la introducción a estas Cartas, Chatwin era un personaje de sí mismo, y el álter ego que aparece en sus obras es muy distinto del Chatwin que muestra su correspondencia, publicada luego de un meticuloso trabajo editorial de veinte años llevado a cabo entre Shakespeare y la viuda del escritor, Elizabeth Chatwin. Como si supiera desde siempre que su vida se vería interrumpida de manera abrupta, Chatwin escribió cartas con una compulsión y honestidad sobrecogedoras. Su correspondencia con su mujer, al igual que con personajes como Susan Sontag, Roberto Calasso, Paul Theroux, Patrick Leigh Fermor y varios más revela una mente infatigable, maquinando a perpetuidad su siguiente movimiento, haciendo malabares de compra-venta de piezas de arte antiguo para pagar un nuevo viaje excéntrico, «sudando tinta» para producir el próximo libro genial. Las cartas escritas desde lugares tan disímiles como Inglaterra, Argentina, Grecia, Afganistán, Suecia, Turquía o Suráfrica revelan a un contador de historias en estado puro, apasionado de la vida (un mes antes de morir se lamentaba: «Aún hay tantas cosas que quiero hacer»), inseguro sobre cosas íntimas como su sexualidad. Después de todo, como dijo su amigo Salman Rushdie: «Bruce apenas había empezado. Tan sólo vimos el primer acto».
FILOSOFÍA EN LAS CANCIONES.
https://corazondecancion.blogspot.com/2013/06/kansas-dust-in-wind-letra-en-ingles-y.html
martes, 26 de enero de 2021
Ermita de Ntra. Sra. de Gracia. Hondarribia
Esta ermita, popularmente conocida como “Santengrazia”, “Amagraziako-ermitia”, o también “Graziako-Ama”, se encuentra en la salida hacia el barrio de Amute junto al riachuelo, sobre la antigua carretera a Irún.Varias han sido las denominaciones que ha tenido. Luis de Uranzu cita que “en el plano que ilustra la obra “Sitio y socorro de Fuenterrabia de 1638” de don Juan de Palafox y Mendoza, el lugar aparece con el nombre de Nuestra Señora de Gracia. También señala que en otros diversos documentos antiguos aparece igualmente citada bajo el nombre de Santa Engracia”.
Se trata de un edificio orientado al O. Posee un atrio delantero sobre cuatro columnas dóricas de arenisca. Sus medidas totales son de 9,8m de largo y 8 m de ancho, con tejado a dos aguas con guardamalletas. Puerta flanqueada por sendas ventanas, todas en arco de medio punto. Las ventanas cerradas con celosía de madera. Sobre la puerta de entrada un ojo de buey con campanita interior y debajo la inscripción “AMA GRAZIAKO/NTA SRA DE GRACIA”. Su interior bien enlucido, presenta en el centro un retablo modernista con la Virgen entre cuatro pilastras y volutas superiores. A la derecha, un marco a modo de retablito con la talla de San Antonio de Padua y a la izquierda, otro igual con San José. En el muro derecho una peana con el bulto de San Isidro Labrador. Una kutxa tallada cumple funciones de altar. Bancos de madera y suelo de baldosas. En el siglo XVII cerca de la ermita funcionaba un molino de marea.
Presidía el nicho del pequeño altar una pintura del siglo XVII a la que sucede una imagen de un metro de altura aproximadamente. Pedro Anasagastinos la describe No lleva Niño, y bien se le podía encasillar en la Virgen al momento de recibir la embajada de Dios que la señala por Madre de Dios, en el misterio de la Anunciación y simultáneamente de la Encarnación del Hijo de Dios. Es la hora en que se manifiesta a Maria que, por haber sido elegida Madre de Dios y por hacer recibido su refrendo a los planes divinos, Ella fue concebida en plenitud de Gracia divina, con la más envidiable de las riquezas que pueda poseer persona alguna. El artista ha plasmado acertadamente la grandeza del momento. Su túnica es enteramente blanca. Azul celeste su manto, rematado en unos bordillos con dibujos dorados. Lleva corona. Porta una rosa en la mano, muy roja, quizás simbolizando en la reina de las flores el valor de su Gracia oculta. El embozo del manto es blanco, y ciñe su cintura con un lazo delgado de oro. La mano izquierda recoge elegantemente un manto holgadísimo como holgadísima fue la generosidad divina con María. Su rostro es de joven doncella, en actitud contemplativa como si, recién desaparecido el Arcángel, se sintiera poseída por la trascendencia de la revelación recibida.
Murugarren cita como primera fecha la de 1566. Sea lo que sea, Florentino Portuseñala que en sus comienzos se trataba de un humilladero, pero en 1642 cuando se colocó el Santo Cristo de la Paz costeado por el vecindario, se decidió transformarlo en ermita.Y así continuó su existencia hasta que el 23 de julio de 1769, el Ayuntamiento da traslado del acuerdo de las Juntas Generales del cinco de julio reunidas en Tolosa por el que “Se acordó suprimir las Hermittas de este Distritto y se acordó dar Comision en forma a dichos Sres Alcaldes para que en nombre de la Ciudad dispongan las representaciones correspondientes”
El Ayuntamiento, el 30 de agosto de 1769 contesta
“AYUNTAMIENTO 30 de agosto de 1769 “Muy N y M L Provincia de Guipuzcoa. La Ciudad de Fuenterrabia en cumplimiento de la carta orden de V.S. fecha en su Junta general de la Villa de Tolosa 5 del mes de julio último (1769) sobre exttincion de Hermittas de su Distritto informa a V.S. lo siguiente “Que en esta ciudad ttiene las Basilicas de Nuestra Señora de Guadalupe en la montaña de Jaizquivel, y la de la Magdalena en su rivera y Marina servidas por seroras; las Hermittas de San Barttholome en la misma Rivera; la de Santa en Gracia en el camino de Capuchino: la de San Fhelipe y Santtiago, la de San Thelmo y la de Santa Barbara. En consecuencia, tiene por conveniente suprimir todas las Hermittasexeptto dichas dos Basilicas de Guadalupe y la Magdalena por que no tienen fondos para su conservacion y porque quando necesitan repararlas se grava con gastos la ciudad en los propios”
….
Y ulttimamente no encuentra la Ciudad para el desttino de las que se han de extinguir por ahora otro, que dejarla con alguna Cruz o imagen para memoria y devoción de los fieles y seremonias que se esttilan en tiempo de rogaciones o Lettanias mayores, aplicando una misa sola que ttiene por fundacion la de Santiago a una de las dos Basilicas
Es decir, que a partir de ese momento y para mantener en pie una ermita debía tener sus propios fondos o ser mantenida dignamente por los vecinos de la villa. Es frecuente citarla en testamentos de los vecinos de la villa quienes dejaban ropa blanca para el culto o algunos reales. La tradición oral señala que las tropas napoleónicas la usaron como cuadra.
Hasta la década de los cincuenta, se acudía desde la parroquia en rogativas por sequía, inundaciones o cualquier otra necesidad celebrándose dos misas: el 15 de mayo por San Isidro Labradory el 8 de agosto, festividad de Nuestra Señora de la Gracia. Después, hasta 1946 aproximadamente, se celebraban concurridas romerías.
Era costumbre en Ondarribi que para curar la enfermedad de la boca de los lactantes o afta (ao-leorra) se rezaba y depositaba una limosna en la iglesia de la Marina y después había que dirigirse a esta ermita, terminando el recorrido en la de Saindua. Era bueno dar al bebé, agua del manantial de Nuestra Señora de Gracia.
Se tocan las campanas a difunto (hil-kanpaia) cuando moría un vecino: dos campanadas, pausa y tres finales (todas lentas) si el difunto es varón, y dos-pausa-dos campanadas si era mujer, rezándose el mismo día un rosario en su memoria.
BIBLIOGRAFIA
AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo
“Ermitas de Guipuzcoa”. Pag 231 Fundación Jose Miguel Barandiarán. Ataun 2000
ANASAGASTI URRUTIA Pedro de
“Andra Mari en Guipuzcoa. Nuestra Señora de la Gracia Fuenterrabia” nº100 Revista Aranzazu 1973. Oñate.
GOROSABEL, Pablo
“Diccionario Histórico-Geográfico-Descriptivo de los Pueblos, Valles, Partidos Alcaldías y Uniones. Año 1862” pp. 169. Edición La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1972.
IRIGOYEN Domingo de
“Ermitas e Iglesias de Guipuzcoa”. Anuario de Eusko Folklore Tomo XIV pag. 53. Vitoria 1934
PEÑA SANTIAGO LUIS
“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 126 Ed. Txertoa 1975 San Sebastián
PORTU IRIBARREN Florentino
“Extinción de ermitas”. BidasoanAbendua 1983. Irún
“Hondarribia. Noticias históricas y curiosidades hasta 1969”. Pag 710. Primera edición. Ayuntamiento de Hondarribia. Hondarribi 1989.
URANZU Luis de
“Lo que el río vio (La región del Bidasoa)”. Cosas Memorables o Historia General de Guipuzcoa. Vol VIII. PAG 156. Editorial La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1975