En una de las interesantes páginas del libro "LAS ISLAS GRIEGAS" de L.Durrell. Me transporto con él a Rodas Lindos.
Su mente le dirá: “¡Vamos, salta!” , y por un largo
instante quedará en suspenso entre el mundo de los muertos y el de los vivos, colgado como una mosca al
borde de la ciudadela . El templo de Lindos(Rodas) es un lugar extraordinario,
tan ligero y etéreo, tan puro y armónico con el cielo por encima. Uno suspira
por saber qué estatuas reposaban aquí. Es mucho mas impresionante que Sunion o
Erix en Sicilia. Uno lamenta la intrusión de bizantinos y caballeros; todo lo
melifluo cristiano debería ser arrancado para que el alma pagana del recinto
flotase libre en recuerdo de los tiempos en que las aspiraciones de la mente
humana se inclinaban ante el poder y el terror de la naturaleza. El lugar
resuena con su pasado, como un acorde musical que solo la mente percibe.
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