jueves, 15 de marzo de 2018

Nuestras ermitas. Ermita de los Santos Emeterio y Celedonio (también San Marcial) en Soraluze-Placencia




Esta ermita se sitúa a unos 2 kilómetros de la parroquia de Soraluce. Para llegar a ella, antes de entrar al pueblo dirección Bergara, se toma una salida a la derecha que conduce a la empresa Recambios Goil. Por ella surge un cruce de tres carreteras donde se toma la de la izquierda y tras un kilómetro, se llega al caserío Ernizketa o San Marcial (sus bases pertenecen a una antigua casa-torre). Detrás se encuentra la ermita y junto a ella, el camino público que conducea las ermitas de Santa Águeda, San Esteban y San Salvador de Eibar. Antaño pudo ser una atalaya desde la que se vigilaba la entrada a la villa. Encima de su puerta, el dintel lleva incrustado un letrero que señala “Ermita dedicada a los Santos Mártires Emeterio y Celedonio”, hermanos y soldados decapitados hacia el año 300 de nuestra era cristiana. El martirio lo sufrieron en tierras riojanas y la devoción fue una consecuencia de la pertenencia de las gentes de Soraluce, durante muchísimos años, a la diócesis de Calahorra.

 



Ya en 1556, el licenciado Martín Gil la citaba como ermita de San Medel cuando por aquellas fechas la villa de Placencia se componía de unas 150 familias. Lope Martínez de Isastila cita como existente en 1625 si bien Ramiro Larrañaga apunta “la veneración a estos santos data de los primeros tiempos de la conversión del cristianismo ya que en Hernizqueta se les erigió una ermita que aún subsiste. Hay indicios de que tanto ésta, como el santuario de Nta Sra de Ezozia, datan del siglo XI, época en que los soraluzetarras pasan a pertenecer a la Diócesis calagurritana”.

El edificio es una planta rectangular con tejado a dos aguas y orientación E. Sus medidas exteriores de 19,7 m. y 11,4 m. incluyen el atrio lateral y posterior. El alero posterior tiene 3,5 m. de vuelo y el del muro izquierdo 3,2 m. El pórtico de madera resguarda una serie de mesas y bancos que sirven para la romería del día de su fiesta. En el muro derecho, una ventana y la puerta de entrada a cuya izquierda labrado en la piedra se lee: “31.1.37 J.P. y C.R DE YESA”, junto con las aspas de San Andrés, huellas con seguridad de los carlistas navarros que se atrincheraron aquí durante la guerra de 1936. En el muro izquierdo, otra ventana y la puerta a la sacristía de 2,7 m.y 2 m. con ventana al exterior. En el muro posterior y bajo el coro dos ventanas más. Sobre el hastial del presbiterio, la espadaña de piedra con tejadillo a dos aguas y cruz de hierro forjado en su ático.

Su interior de 13,6 m. por 6,3 m. Bóveda trapezoidal sobre el presbiterio, el cual está separado del resto por una pequeña verja de hierro forjado. En el altar, un retablo colorista plateresco de la primera mitad del siglo XVI, repintado en 1978 por los vecinos de los caseríos de los alrededoressin consultar a nadie y en contra de la voluntad de los propietarios del caserío Ernizketa, con las figuras descabezadas de los Santos Emeterio y Celedonio, llevando en las manos su propia cabeza, separados por una jamba historiada.

Juan San Martín realiza la siguiente descripción de este altar “Se trata nada menos que de un retablo plateresco, de la primera mitad del siglo XVI, muy digno de ser incorporado al catálogo guipuzcoano de Arte del Renacimiento. He aquí su traza: de un solo cuerpo, con dos calles, tallado y policromado (como queda dicho, recientemente repintado). En sus hornacinas rectangulares San Emeterio y San Celedonio. Una jamba decorada en el centro separa los dos nichos de los mártires decapitados, esculturas de pie, casi de tamaño natural, sosteniendo las cabezas en sus manos. Columnas jónicas a ambos extremos del retablo, con fustes estriados y con el tercio inferior decorado. En el ático figura un altorrelieve del Señor, a medio cuerpo, rodeado por cuatro ángeles celestiales. Completa la iconografía, unos cuadros del Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen María que flanquean el retablo central. A la derecha de la nave, en otro altarcito, una talla de San Marcial. Púlpito con tornavoz coronado de una paloma trinitaria. En la pared, cuadros de San Ignacio de Loyola y San Antonio, éste sobre la puerta de acceso a la pequeña sacristía. Una lámpara eléctrica pende del techo. Posee coro. La misma cabecera de la ermita está curiosamente decorada, con bóveda y frontal simulando una estructura arquitectónica flamenca. Todo el ambiente denota influencia flamenca.



Domingo Irigoyen recoge en Eusko Folklore 1934 que celebra su gran fiesta el primer domingo de setiembre. En dicha festividad tenían lugar dos costumbres muy enraizadas en el pueblo: la “sopia” y la “karidadea”.Con destino a ambas, desde la víspera se ponían tres hermosos calderos de cobre con carne, dejando que se hiciese durante la noche. Desde las cuatro de la mañana del día siguiente llegaban gentes del pueblo y caseríos cercanos con pan (ogia) que entregaban a los mayordomos de la ermita, llamados “de calle” y “de caserío”. Estos los metían en el caldo del caldero y cuando ya estaba reblandecido, lo sacaban, lo entregaban a los peregrinos y los llevaban al caserío para comerlo en el caldo del día. Esta costumbre se perdió a comienzos de los años 1970. Era la llamada “sopia”

La otra costumbre era la llamada “caridad”. El Mayordomo de caseríos iba por las casas y pedía el “Opiltxikibatzuek” (algunos panes pequeños) entregándole por lo general un celemín de trigo. Recogido todo él, lo entregaba en la panadería donde le hacían unos pequeños panecillos (opiltxiki). Los recogía y los llevaban a la ermita donde los bendecía el cura. Allí, los rellenaban con carne y los entregaban a cambio de una limosna. Esta labor la completaba el “mayordomo de calle”quien recorría los caseríos de los alrededores apuntando quienes querían los opiltxiki, recibía la limosna y esa misma mañana un chico entregaba la “caridad” casa por casa. El dinero recogido era para sufragar los gastos de la ermita. Esta costumbre la cita Lope Martínez de Isasti en 1625

También José Miguel de Barandiaránrecoge en Eusko Folklore de 1922, una variante: “el día de San Marcial, junto a la ermita de este santo, preparan unos calderos y matan una ternera, y cuando la están asando, se acercan muchas personas provistas de pan que, por turno, lo empapan en el caldo, lo llevan a sus casas y con él, las familias hacen sopas. La carne se corta en raciones regulares y la distribuyen con pan a los asistentes. A esto llama karidadea”.Antxón Aguirre Sorondo explica otra variante más moderna de la misma costumbreLa víspera de la celebración, sábado, en la campa se hace una gran verbena con asistencia masiva de jóvenes de toda la zona (en 1991 terminó a las 4.30 de la madrugada). Tras la misa del domingo se invita a la “Karidadea’ a todos los asistentes, que consiste en caldo y pan con chorizo (antes era a base de carne, que incluso se repartía por los caseríos de la zona). En el exterior del templo se elaboran 150 litros de caldo en dos recipientes de cobre antiguos, siguiendo una receta invariable: agua, sal, puerros, carne, garbanzos y huesos. Después hay juegos populares, bertsolaris y deporte rural. Tras el hamaiketako, a mediodía, se reúnen los caseros que forman la cofradía a comer paella y la carne de la ‘Caridad”.

Su campana toca “a difuntos’ (golpes lentos y separados) siempre que fallecen personas de los caseríos de las inmediaciones, y también la hacen tañer durante la conducción del cuerpo a la parroquia. El mayordomo de la ermita se designaba anualmente entre los etxekojaunak (cabezas de familia) de los caseríos vecinos. Actualmente el cargo lo ejerce de manera permanente y desinteresada una misma persona.

BIBLIOGRAFIA
AGUIRRE SORONDO, Antxon y LIZARRALDE ELBERDIN Koldo
“Ermitas de Guipuzcoa”. Pag 349 Fundación Jose Miguel Barandiaran 2000.
BARANDIARAN Jose Miguel de
“Obras Completas. Tomo III. Ikuska 1ª. Del Anuario de Eusko-Folklore 1922”. Pag 45. Ed La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1973
Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco.
Cuerpo A. Diccionario Enciclopédico Vasco. “Vol. XLV Sete-Super” pp. 362. Ed Auñamendi, Estornés Lasa Hnos.
GOROSABEL, Pablo
“Diccionario Histórico-Geográfico-Descriptivo de los Pueblos, Valles, Partidos Alcaldías y Uniones. Año 1862” pp. 412. Edición La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao 1972.
IRIGOYEN Domingo de
“Ermitas e Iglesias de Guipuzcoa”. Anuario de Eusko Folklore Tomo XIV pag. 29. Vitoria 1934.
LARRAÑAGA Ramiro
“Soraluce. Placencia de las Armas. Monografía Histórica. Pag 139 Diputación Foral de Gipuzkoa. SoraluzePlacencia de las Armas 1993.
“Placencia de las Armas” pp 55. Publicaciones Caja Ahorros Municipal de San Sebastian. San Sebastian 1970.
MARTINEZ DE ISASTI, Lope
“Compendio Historial de la provincia de Gipuzkoa 1625” impreso en San Sebastian por Ignacio Ramón Baroja 1850. Ed.La Gran Enciclopedia Vasca.
PEÑA SANTIAGO Luis
“Las ermitas de Guipuzcoa” pp. 229 Ed. Txertoa 1975 San Sebastian.
“Fiestas tradicionales y romerías de Gipuzkoa”, Pag 282. Ed. Txertoa 1973 San Sebastian.
SAN MARTIN ORTIZ DE ZARATE, Juan
"Retablo plateresco de los Santos Mártires en Ernizketa de Placencia" en BRSBAP año 35 cuaderno 1-2 p 268-272. San Sebastian 1979.

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