sábado, 16 de diciembre de 2023

Ermita de San Cristóbal en Bergara

A unos seis kilómetros de Bergara por la carretera que conduce hacia Anguiozar se llega al barrio de Aldaiegia también llamado San Cristóbal. La ermita se encuentra frente al caserío Elkoro-berezibar y en el muro de contención de la carretera sobre el que descansa hay un nicho en el que se venera a San Cristóbal representado en un cuadro. Zufiaurre recoge su advocación como “San Kristobalen Santutxoa”

La Enciclopedia del País Vasco habla de una construcción medieval totalmente reconstruida en el siglo XVI perteneciente a una cofradía de labradores. En 1593 hay querellas entre el Ayuntamiento de Bergara y Elgueta por sucesos ocurridos en ella. Un año después, Prudencio García de Lugadiz Ayardi y Magdalena Pérez de Loidi firman su contrato matrimonial ante el escribano en San Cristóbal de Berecibar.Irigoyen señala que pertenece a la parroquia de San Pedro.

 

 

 

Aguirre Sorondoy Koldo Elberdinla describen: “Edificio rectangular, orientado al E, de 16 m. de largo y 7,6 m. de ancho. Puerta de acceso de arco apuntado con  tres ventanas en el lienzo derecho. Tejado en parhilera a dos aguas, y espadaña de arenisca rematada con cruz. En su interior retablo renacentista policromado con dos columnas corintias estriadas y tímpano partido, cruz en el ático, y un corpulento San Cristóbal barroco realizado en Bergara hace unos 150 años. En la predela de la imagen se leemos:‘HOC EST ENIM CORPUS MEUM / HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS / MEI, NOVI El AETERNI TESTAMENTI:/ MYSTERIUM FIDEI; QUI PRO / NOBIAS PRO MULTIS ESTUM / DETUR IN REMISSIONEM / PECCATORUM”.

A ambos lados, pareja de pequeños retablitos pintados de verde, con columnas y tímpanos partidos. En el altar de la derecha, una Andra Mari con Niño de la segunda mitad del XV, de buena factura y dando quizás dando de comer a una avecilla. Se la conoce como Santagrazi o Santaengrazi (bien porque la confunden con la santa mártir o bien como derivación de Nuestra Señora de Gracia o de la Gracia). Sin embargo para Lizarraldeexiste en la ermita una Andra Mari conocida popularmente como Santagrazi o Santaengrazi (creyendo que es Santa Engracia) cuando no es otra cosa que la Madre de la Gracia o Mater Gratiae. Se trata de una Virgen en pie, que sostiene el Niño en sus brazos, y el Niño Jesús tiene en su mano una avecilla”. Peña Santiago aventura que quizás fuese ésta la ermita de Santa Engracia que cita Lope de Isasti en su Compendio de 1625

La imagen está de pie, con la cabeza erguida y el cuerpo echado hacia atrás, Su túnica y manto, muy estilizados, descienden en pliegues y dobleces rítmicos. El rostro es grave, meditabundo, austero, impresionante; bien tallado, con facciones proporcionadas y una barbilla prominente. Los ojos, grandes y tristes, se proyectan hacia arriba, como si leyeran el cielo, Y sus labios cerrados, apretados, están a punto de abrirse en una esbozada sonrisa. El Niño ha salido menos afortunado de la inspiración del artista. Su cabeza es pequeña, sobre todo algo desproporcionada en la parte alta, Orejas muy grandes y salientes, ojos algo desorbitados, boca grande y abierta como en un grito de júbilo. Se sienta sobre el brazo derecho de su Madre.

 

 

 

Lo más interesante de la efigie del Niño es que lleva entre sus dos manos un pájaro con elque juega y al que acaricia. Es la única Andra Mari guipuzcoana que porta al Niño con un pajarillo. Teniendo presente que la advocación primitiva sería, según aún conserva la tradición, la de María de la Gracia, se podría conjeturar que el pájaro representase al Espíritu Santo por cuya mediación se postula la Gracia y que actúa en elalma los frutos de la Gracia santificante: Sin embargo Aranburu y Massa realizan la siguiente consideración Una de las formas consiste en el hecho que en la escultura gótica, el pájaro es una imagen tradicional (podemos recordar dos imágenes en Pamplona en las iglesias de Nuestra Señora de la O y San Nicolás). También podríamos identificar el pájaro como una paloma, representación del Espíritu Santo y de las almas de los seres humanos quienes se encuentran al cobijo de la Virgen y el Niño consiguiendo a través de ambos su liberación. Pero no debemos olvidar lo que señala el P. Lizarralde, para quien la composición no deja de tener un sentido anecdótico y familiar, que en la Edad Media las ideas que se explicaban y las creencias populares no tenían grandes diferencias con los contenidos de los evangelios apócrifos. Se quiera como se quiera también la fuerza del paso del tiempo ha hecho olvidar los motivos y el porqué de la iconografía haciendo perder el significado intrínseco de las imágenes pudiendo en consecuencia, llegar a convertir el pájaro en un elemento intrascendente que está, como por casualidad, en las manos del Niño. La pera, normalmente, es un símbolo de esperanza. Pero como bien sabemos por la tradición, el objeto puede ser cualquier pequeña esfera que pueden tenerla tanto el Niño como la Virgen. En la imaginería de la Virgen, este distintivo suele ser un elemento frecuente”.

Y continúan “La complejidad surge de la comparación de la talla de la imagen, su popularidad y seguramente porque se trata de un trabajo de imaginería realizado a nivel local. Nuestra Señora, lo ajustado de sus proporciones, el que se encuentra con mucha dignidad y de pie, y para trasmitir un gesto de la suavidad del peso de Niño coge al pequeño inclinándolo por un lado; la túnica y los pliegues del manto caen con naturalidad, algo que también se encuentra en las realizaciones de imágenes flamencas; la mirada es ovalada totalmente y la ondulada cabellera tiene un escaso volumen. La imagen del Niño, después de compararla con la imagen de María nos parece enrevesada y sin proporciones, pareciendo claro y diáfano que ha sido realizada bajo las normas de un molde. Tomado en su conjunto, resulta elegante si bien pensamos que las realizaciones flamencas presentan una mayor calidad que las realizadas por artistas locales. Realizando una apreciación de conjunto, consideramos que se trata de una buena copia. El rostro de la Virgen y la imagen del Niño no casan con los trazos propios de esta clase de origen. Por lo que respecta a la conservación de la imagen, la situación es correcta pero tosca y según el sentido popular, la antigüedad de la realización de la imagen puede centrarse en la segunda mitad del siglo XV”

 

 

El presbiterio está cubierto por una bóveda de cañón de madera pintada de azul cielo con guardamalletas. En las vigas que soportan el coro, tallas populares. Sobre el presbiterio y sostenido por el techo y las esquinas, tiene una bóveda de madera. Se encuentra sin cielo raso

Hasta 1970 una casita adosada a la ermita servía como escuela. Los días festivos por la tarde, la maestra dirigía un rosario al que acudían miembros del vecindario; se hacían las “flores de mayo” los sábados de ese mes y otras devociones piadosas. Del cuidado de la ermita se ocupan, de forma rotatoria, los caseríos de la zona. Para eso, el primer domingo posterior al 6 de enero se reúnen en la antigua escuela; el mayordomo saliente presenta las cuentas del año y se elige al sustituto. Concluye la jornada con una merienda.

Hasta hace poco tiempo se conservaron costumbres que se inscribían entre las tradiciones más peculiares del País Vasco como la de asistir a los funerales representantes de todos los caseríos que integran el barrio. La marcha de la comitiva se suspendía en las encrucijadas de los caminos para rezar un Padre Nuestro por el alma del muerto. El día de San Cristóbal también se organizaba una letanía desde las proximidades del caserío Beretzibar-erdikoa con dos filas de hombres por delante y los txistularis, el grupo de mujeres y el sacerdote que entonaba la Letanía por detrás, para dirigirse a la iglesia entre los estampidos de los cohetes. Hay constancia en 1583 de las rogativas que se hacían con salida desde la parroquia de Anguiozar a las ermitas de Nuestra Señora de Elixamendi y San Cristóbal.

Se celebraban dos misas, el 1 de mayo y por octubre con el nombre de “Denboralekuak” (la del temporal); tras la misa se rezaba un conjuro desde el pórtico de la ermita. Hasta hace poco tiempo, se tocaba la campana de Anguiozarante la presencia del temporal y uno de los sacerdotes bajaba a San Cristóbal a rezar el correspondiente conjuro. Por ello los vecinos de este barrio le llevaban trigo.

La fiesta principal se celebra el día del Santo 10 de julio. Ese día se realiza una concentración de automóviles cuyos chóferes acuden a recibir la bendición, hecho que se realiza después de la misa solemne pasando ante la ermita,de uno en uno por la carretera. Los coches se adornan con un ramito de flores en el parabrisas. Al día siguiente se celebra una misa de aniversario por los difuntos del barrio.Al fin de semana siguiente, fiestas en el barrio que se inician con la erección junto a la ermita de un árbol (pino generalmente) pelado, rematado con una corona de rosas y la ikurriña. Mientras las chicas preparan chocolate para los asistentes. El domingo siguiente, tras el oficio, hay juegos, deportes populares, bertsolarís y trikitíxas.

Se acude a San Cristóbal para curarse de enfermedades del oído, se lleva aceite para el alumbrado de la lamparilla del Santo, se cambia con el usado en dicho servicio, se unge con éste la parte dañada y se deja una vela. También es corriente que se ofrezcan plantas; así, el nogal y el castaño que se levantan en la plazoleta son fruto de donaciones de devotos.

 

BIBLIOGRAFIA

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“Cruceros, cruces, Picotas y Santutxos en Gipuzkoa”. Pag 116. Fundación Social y Cultural Kutxa. San Sebastián 1995.

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