MIL AÑOS DE ORACIÓN.
‘Mil años de oración’ está filmada en Norteamérica, y es éste un marco que le viene de perlas a Wang para contar su historia. Un hombre chino se reencuentra con su hija residente en los USA tras muchos años de separación. Un reencuentro que servirá para que ambos se conozcan mejor y tengan la posibilidad de derribar las barreras generacionales que les separan, aunque para ello tengan que hacerlo en una tierra que no es la suya.
Es la película un viaje de un hombre no sólo a través de un país desconocido para él, sino a través de alguien por cuyas venas corre su misma sangre, su hija, la cual resulta tan extraña y diferente como el suelo que pisa. Wang nos habla, al fin y al cabo de las sempiternas diferencias que existen entre padres e hijos, de la incomunicación de ambos, producida en este caso por los silencios y engaños de años pasados. Silencios que parecen resucitar en el presente, producto esta vez del mezclar la indiferencia de una mujer demasiado dolida y apartada de sus raíces, que ni repara ni se interesa demasiado por detenerse a escuchar la voz de su padre, a quien sigue viendo como antaño: un hombre que calla sus secretos a su propia familia, y que prefiere mirar a otro lado antes de verse involucrado en problemas. Un hombre que ha regresado para conocer de verdad a su hija, pero que en cierto modo lo hace desde la actitud que ha tenido siempre hacia ella.
http://www.blogdecine.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario