Lo primero que me viene a la
mente, después de ver la película, es que representa un canto a los
sentimientos.
La gran historia de amor entre
Cate Blanchett y Rooney Mara, con una magistral interpretación, va entrando
lentamente en tu mente y en tu corazón gota a gota; te la vas creyendo y la vas
sintiendo poco a poco en tu interior.
Transcurre en la sociedad
americana de los años 50/60, con unos usos y costumbres muy conservadores, por
lo que esta relación de amor lésbico es una apuesta muy arriesgada en esas
circunstancias.
Es una película sensible,
sensual, pasional, todo ello contado con una gran elegancia y buen gusto. El
director, Tood Haynes, consigue que estés pendiente de todos los gestos,
miradas y emociones de ambas protagonistas. Su estética visual es de una gran
belleza y la adecuada banca sonora te lleva perfectamente por todas las escenas
del film.
A través de algunos flashback nos
va preparando lentamente, sin casi darnos cuenta, hasta llegar al drama que
ocurrirá más adelante.
Una película estupenda. No dejéis
de verla
Nuntxi
Pérez
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