domingo, 7 de febrero de 2016

Un comentario sobre la película La Juventud



Había oído muy buenas críticas de la película La Juventud de Paolo Sorrentino. Quizás por esa razón mis expectativas no se han cumplido.

En esta película se analiza el paso del tiempo en  las personas y su llegada a la vejez, en contraposición con la juventud, que se ha dejado atrás. Los principales protagonistas son dos personajes, Michel Caine, que encarna a Fred Ballinger, un renombrado director de orquesta retirado del mundo del arte por su propia decisión, que está disfrutando de sus vacaciones acompañado por su hija en un hotel de Suiza y su amigo Micks (Harvey Keitel), director de cine, inmerso en el rodaje de una película que le está causando  muchos problemas  para su finalización.  Ambos, que en su juventud han protagonizado multitud de juergas, disfrutan ahora de una época de tranquilidad y en este reencuentro  se dedican a hacer un balance de sus vidas: sus logros profesionales, sus amores, algunos de ellos fallidos, etc.

No cabe duda de que la película es un canto a la vida, a las ganas de vivir, a no querer desaparecer, o por lo menos, a que no se olviden de  ellos ni de los éxitos que han logrado en sus respectivas profesiones.  Ambos recuerdan el pasado como una situación muy lejana, como si la vieran a través de un calidoscopio, pero piensan que les queda todavía mucha vida por delante.

Hasta ahí, el tema me ha resultado correcto, con una estética y una música preciosas, así como la fotografía, pero en el film, quizás para destacar más el contraste entre la vejez y la juventud, aparecen algunos personajes  cuyos roles  me resultan poco  comprensibles  o creíbles, por lo que me ha resultado difícil seguir toda la trama de la película,  agravado por sus flashbacks que me han descolocado  en el tiempo puntual de los hechos.

No me ha gustado mucho, aunque no puedo decir que sea una película técnicamente mala, pero la historia, a pesar de que por el tema de la edad me resulta bastante próxima,  no ha llegado a emocionarme.

Nuntxi Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario